Capítulo 44. Ladrona de la mansión Lancer
Facundo Lancer se lavaba el rostro en un lavamanos viejo y apestoso con ayuda de su hijo Fernando que lo sostenía.
—Ten, papá—, dijo Fernando entregando una toalla limpia a su padre.
—Gracias, Fernando.
—Por aquí...—, Fernando lo comenzó a guiar de vuelta a su cama.
—No te preocupes, yo puedo, yo puedo.
Facundo regresó lentamente hasta la cama y Fernando se sentó allí justo a su lado.
—Necesito que seas fuerte. Debes resistir hasta que encuentre la manera de sacarte de aquí—, exigió Fernando.
Facundo suspiró y se levantó de la cama para arrojar la toalla en la cesta de ropa sucia.
—¿Y cómo piensan hacer algo así? ¿Cómo piensas hacer para que esta gente te obedezca a ti, y no a Félix?—, preguntó Facundo sin voltear.
—Aún no lo sé—, dijo Fernando levantándose de la cama—, Pero debe haber algo que yo pueda hacer. No lo sé, quizás puedo hacer una demanda. Ir ante un juez sensato que pueda darme tu custodia.
Facundo sonrió levemente.
—Me da un poco de ternura y felicidad saber qu