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Suya por tres meses

Suya por tres mesesES

Romántica
Karen Bodouir  Completo
goodnovel16goodnovel
9.9
Reseñas insuficientes
50Capítulos
23.0Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

LiteraturaRealidadRicoAmor verdaderoAmante

Cuando Aba recibe una oferta de empleo de una de las familias más poderosas de Italia, no imagina que toda su vida cambiará al aceptarla. Piero se colará en su vida casi desde el primer instante, pero ¿logrará ella quedarse en la suya?

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Suya por tres meses Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capítulo 50

    EpílogoYa llevamos seis meses en casa, y aunque algunas de las magulladuras aún me duelen, y necesito hacer sesiones de fisioterapia para no sentir dolor al doblar el cuello, me siento completamente feliz. Marco está creciendo tan rápido que me da miedo despertarme un día y que se haya convertido en un hombrecito. Y aunque las primeras semanas de convalecencia fueron duras, gracias a la ayuda de la señora Cardoglia,lo estoy llevando todo mejor.La señora Cardoglia, la madre de Piero, se presentó un buen día en casa, cuando sabía que Piero estaba trabajando, y me suplicó que la dejara entrar, y ver a su nieto.Yo la llevé con Marco, y me mantuve a una distancia prudente, porque no sabía que decir, pero ella fue la que decidió romper el hielo, y pedirme disculpas por todo el daño hecho, y preguntarme si necesitaba ayuda con el niño. Yo le

  • Capítulo 49

    Aba Me despierto con dolor de cabeza, y trato de enfocar la vista, aunque noto que me cuesta mucho hacerlo. Me noto dolorida, y con poca movilidad, y de repente, aterrada, descubro que mi vientre ha desaparecido, y trato de palparme el abdomen, en el lugar en el que supuestamente debería estar creciendo mi hijo, ahora hay solo un vacío inmenso. - ¿Hola?.- me escucho decir con una voz pastosa y ronca que casi no se parece a mi tono original. Al instante detecto un movimiento, y la cara de Piero se coloca justo enfrente de la mia. - Aba, no puedo creerlo, no puedo creerlo, estás bien, has despertado. - Agua, por favor.- gimoteo yo con una voz, que más parece un graznido que una voz. Él me acerca un vaso con una pajita de un color rosa intenso, y bebo un sorbito, aunque me cuesta mucho tragar el poco agua que he ingerido. - Aba, ¿cómo te sientes? - Fatal, ¿dónde estoy

  • Capítulo 48

    Nina- Si es así, habla, por favor.-dice Piero con un tono un tanto desesperado en su voz.- Tu testimonio puede ayudarnos a desentrañar este problema.- Nina colocó su pie delante de los de Aba, yo la vi. Y cuando la pobre tropezó, no intentó en ningún momento ayudarla a recuperar el equilibrio, sino que la dejó rodar.- ¡Serás bastarda! Tú no pudiste ver nada, no estabas en tu mesa, hablas de ese modo porque me odias, y deseas a Piero para ti.- No negaré que eres una persona desagradable, y que a nadie en empresas Cardoglia le gustas; pero no mentiría sobre algo tan grave de no estar segura. Lo vi todo, pero tú no me viste, porque mi sitio está medio oculto, y si no te fijas muy bien, no se ve a la persona sentada en la mesa.Miro a Piero con mi caramás inocente, pero él no se ablanda. Me giro entonces hacia la señor

  • Capítulo. 47

    PieroEscucho la voz de Nina antes de que mi secretaria la anuncie, y siento como un nudo se instala en mi garganta y amenaza con estrangularme si no hago algo pronto. Así que salgo yo mismo a recibirla, y la encuentro a pocos metros, tan deslumbrante como siempre, pero con una indescifrable expresión en el rostro.- Acompáñame al despacho, por favor, Nina.- ¿Queréis que os sirva algo? ¿Café? ¿Té?.- Agrga rápidamente mi eficiente secretaria.- No, todo está bien, tranquila, continúe con sus tareas.- le digo yo.Cuando al fin cierro la puerta tras de Nina, me acerco al mueble bar, y sirvo dos copas generosas de bourbon, a ella le gusta, y a mi, me vendrá bien.- ¿Vas a explicarme ya qué ocurre, Piero?Me dice en cuanto dejo su vaso sobre la mesa.- Es comp

  • Capítulo 46

    PieroEscucho mi nombre y levanto automáticamente la cabeza a ver quien me está llamando. Veo a una enfermera con una libreta y un bolígrafo, situada justo en la puerta por la que se han llevado a Aba, y me dirijo hacia donde se encuentra:- ¿Piero Cardoglia?.- pregunta con voz mecánica.- Si, soy yo, ¿cómo está Aba?- Señor, yo no dispongo de información acerca de los pacientes, he venido a buscarlo porque uno de los doctores me lo ha pedido.Me conduce a lo largo de interminables pasillos llenos de azulejos, pasamos decenas de puertas, y finalmente, la enfermera se detiene frente a una de esas puertas, llama a la puerta con un par de toques, y abre la manilla.En el interior está Aba, tendida en una cama, con suero conectado, despeinada y con aspecto cansado. A su lado un doctor que dice ser el ginecólogo de urgencias.- Doctor, ¿

  • Capítulo 45

    NinaAcabamos de aterrizar en Milán, y al fin decido encender de nuevo mi móvil y volver a la vida real. El retiro ha estado genial, de hecho, he conseguido perder casi dos kilos, y vuelvo con la piel más tersa que una adolescente. Pero ahora es el momento de enfrentarse de nuevo a la realidad, y estoy deseando hacerlo, porque solo faltan dos semanas para mi increíble boda con Piero Cardoglia.Mi vestido de novia, una creación de cuento de hadas, está ya esperándome en mi habitación de mi casa familiar; mis damas de honor están aún más emocionadas que yo, y no dejan de hablar de todos los planes que haremos hasta el día de la boda;y nuestra idílica luna de miel en Nueva York, está ya confirmada.Al poner el pin en el teléfono, comienzan a parecer cientos de notificaciones, y veo como la pantalla se satura con múltiples pantallas emergente

  • Capítulo 44

    AbaCuando Piero habla de matrimonio, siento como se me atraganta en la garganta el último bocado que he ingerido.- Piero, no podemos casarnos simplemente porque vayamos a tener un hijo en común, puede que en tu mundo los matrimonios acordados se lleven a cabo, pero en el mio no. El día que camine hacia el altar, quiero que sea para casarme con un hombre que me ame plenamente, y por el que yo sienta lo mismo.Noto como su mandíbula se tensa al escuchar mis palabras, y como su puño cerrado hace una fuerza excesiva sobre la delicada copa de vidrio en la que nos han servido las bebidas.- Camarero, ¿nos trae la cuenta, por favor?- pide Piero sin mirarme siquiera.Tras una corta espera, él se hace cargo de la comida, y me veo de nuevo dentro del coche que nos ha traído hasta aquí, noto que Piero está a punto de estallar, y no entiendo el porqué.- ¿

  • Capítulo 43

    Piero- Tienes que estar de broma, Aba, ¿quieres decir que llevas dentro de ti a mi hijo y me he enterado por casualidad?- Piero, quise decírtelo, de verdad, pero no creo que entiendas por todo lo que he pasado en estos meses,simplemente no creía que quisieras tener nada que ver en la vida de este hijo que concebimos accidentalmente.- ¿Y no crees que eso es algo que tenía que decidir yo?- No voy a mentirte, ni a darte falsas excusas, sé que no he actuado bien, que tenías derecho a saber que ibas a ser padre, pero no he reunido fuerzas suficientes para hablar contigo, temía que me gritaras que era una caza fortunas que me había quedado encinta a propósito.Me quedo callado con el inmenso peso de sus palabras sobre mis hombros, intuyendo que tal vez esa hubiera sido mi respuesta si ella hubiera llamado, y me hubiera contado lo de su embarazo, pero me callo y dejo q

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50 chapters
Capítulo 1
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba Es el primer lunes de mi vida que me despierto ilusionada. Lo cierto es que no soy una persona a la que le gusten los lunes, o las mañanas, o madrugar; pero hoy es un día especial. Voy a coger un vuelo a Italia, y allí, llevaré a cabo el mayor proyecto de mi carrera laboral.¡Ay! Había olvidado presentarme, soy Aba, tengo veinticinco años, y me dedico a la fotografía profesional, lo que en realidad quiere decir que suelo pasar largas horas rodeadas de novios histéricos que me han encargado su sesión de fotos de boda; de niños maleducados, que van a posar para mi por su comunión; o de intranquilos padres primerizos que quieren hacer una sesión de fotos a su bebé, pero no acaban de fiarse de dejarlo en mis jóvenes e inexpertas manos.Pero este proyecto es diferente, es uno de esos encargos de los que presumiré durante toda mi vida. La fa
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Capítulo 2
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba Mientras estoy decidiendo si me apetece planchar uno de los vestidos largos, o prefiero usar pantalones de traje y camisa de satén, alguien llama a mi puerta.Es Piero, con su cabello rubio ondulado cayendo sobre la frente, sus ojos azules entrecerrados, y su espectacular bronceado de invierno.- Signorina, he pensado sobre lo que ha dicho mi hermana esta mañana, y me gustaría disculparme por mi falta de modales de ayer. Ven a cenar conmigo, por favor.- No es necesario, de verdad, no quiero causar molestias.- Si que lo es, es usted una invitada de mi hermana, y no he sido todo lo educado que debería. Iremos a un sitio casual, no es necesario vestir de gala, no te preocupes.Y mientras lo dice, mira el vestido negro y largo que está extendido sobre la cama, y después se va. No sé si se refiere a que es un vestido adecuado para la ocasión o no, pero nunca antes he sali
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Capítulo 3
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Piero   Desde que hice la desafortunada pregunta sobre su novio he notado dos cosas; la primera, es que la pobre Aba se ha retraído, y ha dejado de ser comunicativa; la segunda, e inexplicable, es que una sensación de gozo se ha extendido por todo mi cuerpo. Colocó mi mano sobre la suya, en un gesto, que por algún motivo, me parece perfectamente natural, y le digo que está mejor sin él. - ¿Cómo decidiste dedicarte a la fotografía?- Pregunto en un intento de levantar el ánimo de la preciosa joven que me acompaña. - Me gusta la idea de crear un recuerdo que dure para siempre. Y con esa sola frase, ya me ha ganado; ahora entiendo a Bea cuando dice que ella es la persona indicada para nuestro proyecto. Pido la cuenta, y al levantarme, me doy cuenta de que me he excedido con el vino, por lo que mi flamante Lamborgini tendrá que pasar la noche en el garaje del restaurante. Pero no me importa, porque Leo, el dueño es un viejo ami
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Capítulo 4
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Piero   Miro a Aba mientras aún mantiene los ojos cerrados, tratando de recomponerse tras el brutal orgasmo que la ha arrasado, y me quedo con la boca seca, no solo por la maravillosa experiencia que hemos compartido, sino porque nunca, en toda mi vida, me había sentido así de excitado con ninguna otra mujer, esa pequeña fotoógrafa tiene algo que me vuelve loco, y que me hace perder la cabeza, porque a medida que el flujo de sangre vuelve a inundar todo mi cuerpo, me doy cuenta de que en el exterior se escuchan voces, y ruido de bolsas, y nosotros estamos en medio de la cocina, medio desnudos y con las bragas de Aba en medio del suelo. Me levanto deprisa, la ayudo a vestirse, le coloco el pelo; ella me coloca la camisa, y mientras intento serenarme, golpeo una de las botellas que Aba había colocado para su sesión de fotos. El vino se derrama por la mesa, lo invade todo, y empieza a gotear hacia el suelo. Y mientras yo busco algo con lo que limpiar el des
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Capítulo 5
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Piero   Trato de comportarme como un caballero, le muestro el espacio, le explico la historia del lugar, y tras varios minutos viéndola cambiar objetivos, no puedo resistirme a besarla detrás de la oreja, mientras ella contempla el mundo por el visor de la cámara. Al principio, es solo un beso dulce, un roce en su piel; luego, ella se gira, y su mirada vulnerable, e intensa, me vuelve loco. La beso sin contenerme, mientras nuestras lenguas se abrazan en una lucha silenciosa. Sé que debe de estar notando mi erección, pues la tengo aprisionada entre mis brazos, y estoy muy duro, pero no me importa. Quiero que me vea la reacción que ella provoca en mi interior. La beso en el cuello, y la noto estremecerse de placer, al igual que cuando le acaricio los pechos. Ella cuela sus manitas entre mi pelo, y me besa en el pecho, me lame con despreocupación, y provoca un huraćán de emociones en mi cuerpo. La llevo al interior del establo, y cue
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Capítulo 6
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba   Cuando Bea anuncia que su hermano ocupará su lugar en la que iba a ser la escapada de chicas del mes, algo se revuelve dentro de mi. Ese viaje serán dos noches enteras junto al guapísimo Piero. Tres días en los que tendré que comportarme como se espera de una profesional, y evitar los pensamientos que ahora mismo pugnan por ocupar mi mente calenturienta. Para evitar pensar en nada, me retiro a mi habitación, y me doy una ducha bien fría, seguro que eso me hace dejar de pensar en cosas que no deben ser. Aún así mi subconsciente me traiciona, y me veo metiendo el vestido negro de la primera cena en mi bolsa de viaje. Me digo a mi misma que es por si tengo que asistir a algún lugar elegante, pero sé que en realidad quiero que Piero me lo vuelva a ver puesto. Guardo la cámara, los objetivos, y cierro la maleta, ya estoy lista para el que se convertirá en el viaje más sensual de mi vida.   Piero   <
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Capítulo 7
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba   Él me abraza con más fuerza, y de repente dejo de notar el frío. Me pide que me levante, y cuando lo hago, me lleva al interior de la habitación, seguimos abrazados, y noto como él se saca el móvil del bolsillo y teclea algo rápidamente, instantáneamente una balada italiana comienza a reproducirse en el pequeño dispositivo, que ha dejado sobre la cómoda. Bailamos, así abrazados, sin prestar mucha atención a los pasos, porque solo nos importa sentirnos. Y cuando acaba la canción, y comienza otra, nuestro ritmo cambia, adquiere un carácter más íntimo. Él me acaricia el pelo, que cae suelto sobre mis hombros, y mientras su boca busca la mia en un gesto que me parece muy delicado, pero que a la vez desprende sensualidad, noto como su mano se desliza por mi cintura, hasta detenerse en mi cadera. Sus labios me acarician ahora de una forma suave, su mano se aventura por mi trasero, y noto los primeros signos de su excitación mientras recor
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Capítulo 8
Suya por tres meses/Karen Bodouir
 Piero Llegamos a Milán con el tiempo justo para darnos una ducha rápida y cambiarnos, y aunque la idea de colarme en la ducha mientras Aba se está enjabonando me tienta demasiado, debo resistirme si quiero que lleguemos a tiempo.Cuando la veo salir del baño ya vestida,  siento como se me seca la boca, lleva un precioso recogido que realza los rasgos de su cara, un maquillaje discreto que me encanta, y lo que más llama mi atención... su sexy vestido negro, ese con el que casi me la como en nuestra primera cena. Inmediatamente mi mente divaga, y piensa si bajo ese vestido, llevará el pequeño tanga que pude palpar, pero nunca ver, y aunque durante un minuto me siento tentado de comprobarlo por mi mismo, al final no cedo a la tentación, y decido que vayamos a cenar.He reservado mesa en uno de los sitios más exclusivos de la ciudad, y sé que le va a encanta
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Capítulo 9
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba   La cena de esa noche gira entorno a la boda de Bea y Mattin, al que por cierto, acabo de conocer en persona. El chico es muy guapo, entiendo muy bien que haya deslumbrado a Bea, pero sobre todo, es simpático, y a los cinco minutos de entablar conversación, ya me siento cómoda, y noto como fluye la conversación entre nosotros. La verdad es que me alegro sinceramente por ellos, creo que van a hacer una pareja fantástica. Pero aunque esté encantada con la noticia de la boda de mis amigos, hay algo que no deja de darme vueltas a la cabeza, y es si Piero y yo iremos juntos,como pareja. Sé que es un poco precipitado pensar en algo así, apenas nos conocemos desde hace un mes, pero nuestra relación es tan intensa, y me siento tan bien a su lado, que no puedo evitar planteármelo. Y mientras noto como los pensamientos se arremolinan en mi cabeza, confundiéndome, decido que no quiero empezar a pensar demasiado en nuestra relación, las cosas va
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Capítulo 10
Suya por tres meses/Karen Bodouir
Aba   Durante el siguiente mes creamos una rutina que me encanta, y mira que nunca me ha gustado lo de tener rutinas. Durante el día trabajo como una loca, poseída por una energía que no sé de donde sale, me siento creativa, ilusionada, tengo la mente llena de ideas, y me despierto con ilusión y ganas de comenzar el día; al mediodía, mientras los demás duermen la siesta, o se relajan, Piero y yo nos escabullimos y nos besamos como adolescentes que están comenzando a explorar su sexualidad, nos escondemos en mi habitación, o en el garaje, o en su despacho, o en realidad, en cualquier rincón que no dé un mínimo de privacidad; durante la tarde, cuando no estoy haciendo fotos, ayudo a Bea a planear su boda, y a tomar decisiones en las que Mattin dice no saber qué decir, como por ejemplo, decidir si las flores blancas son más elegantes que las flores azul, o si las damas de honor deben vestir con manga larga, o es mejor que lleven un chal sobre los hombros; y por la
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