El sonido de la conversación de Evander al fondo se mezclaba con el viento que soplaba suavemente entre los árboles, un telón de fondo casi irónico para el peso que sentían en ese momento. Lysandra se acercó más, colocando una mano firme sobre el hombro de Asteria.
—No importa lo que venga después, estaré contigo.
Asteria esbozó una pequeña sonrisa, aunque sus pensamientos seguían enredados. Miró hacia el cachorro, que movía ligeramente la cola, y lo levantó para sostenerlo más cerca. En ese pequeño gesto, parecía encontrar un anclaje para calmarse.
Evander volvió al grupo, cortando la llamada con un leve gesto. Su expresión no había cambiado mucho, pero había una energía distinta en su postura.
—Tenemos un inicio —anunció, su voz grave—. Será un trabajo complicado, pero si hay algo que descubrir sobre tus padres, lo sabremos pronto.
La cabaña estaba envuelta en un silencio tranquilo. Asteria observaba desde su asiento mientras Evander navegaba por su dispositivo, teclea