Hermes salió de la mansión como un rayo.
No se detuvo a decir palabra. Subió al auto y condujo directo al hospital San Luis. No entendía del todo qué estaba sintiendo, pero un nudo en el pecho y una urgencia en el alma lo empujaban como nunca.
Al salir de la propiedad, se cruzó con Alondra. Ella intentó hablarle, pero solo alcanzó a verlo alejarse con expresión desencajada.
Algo en su interior se revolvió.
—¿Adónde va así? —murmuró con inquietud, y sin pensarlo más, lo siguió.
Mientras lo alcanzaba, notó con horror que Hermes tomaba una ruta demasiado cercana al lugar donde ella había dejado a Rafael Ruiz.
El miedo le atravesó el pecho como una lanza.
—¡Si lo descubrió! Si Hermes sabe la verdad, si alguien le mostró pruebas… ¡Estoy perdida! —exclamó con voz temblorosa, mientras aceleraba desesperada.
***
Hospital San Luis
Hermes bajó del auto y corrió hacia la entrada. Apenas cruzó la puerta, su voz retumbó:
—¡¿Dónde está Rafael Ruiz?!
Una enfermera lo miró sorprendida.
—El paciente es