Nelly salió apresurada, sus tacones resonando como un tambor de urgencia en el elegante salón de eventos.
El corazón le latía con fuerza, la respiración se le cortaba por la ansiedad.
Tenía que detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.
Apuró el paso hasta el otro salón, donde las luces brillaban sobre el escenario, y las cámaras enfocaban a Demetrio, que estaba a punto de iniciar su presentación de cosméticos.
Al entrar, el personal del evento la dejó pasar sin objeciones; la conocían y podían sentir su urgencia.
Nelly buscó a Demetrio entre la multitud, el miedo quemándole el pecho.
Lo vio en el centro del escenario, ajustando las luces, revisando los detalles de su presentación. Su rostro estaba concentrado, pero también confiado, como alguien que estaba a punto de mostrar al mundo su esfuerzo y talento.
—¡No lo hagas, Demetrio! —gritó Nelly, su voz cargada de pánico—. Es una trampa… Lo siento mucho, pero… Melody boicoteó tu presentación de maquillajes, y están dañados.
Demetrio