Ella detuvo el beso, sintiendo que el momento, aunque mágico, requería de una reflexión más profunda.
—Ethan, debes reconquistar mi amor. De lo contrario, no podré —dijo con una mezcla de determinación y vulnerabilidad en su voz.
Él asintió, comprendiendo la gravedad de sus palabras.
—Te voy a reconquistar —respondió, su tono lleno de sinceridad y un leve destello de esperanza.
Nelly sonrió, pero no era una sonrisa cualquiera; era una sonrisa que contenía un desafío, una invitación a un juego que ambos conocían bien.
—Entonces, hazlo. Hasta que lo hagas, no podrás volver a tenerme —declaró, con un brillo juguetón en sus ojos.
Ella sonrió, disfrutando del momento, mientras él tomaba su mano y la sentaba en su regazo. Juntos, miraron las estrellas que adornaban el cielo nocturno, creando un manto de luz sobre ellos.
—¿Quieres que te cuente una historia? —preguntó Ethan, rompiendo el silencio que se había asentado entre ellos.
Ella asintió, curiosa, por la narrativa que estaba a punto de