103.
AURORA
Pasos se escucharon, muchos de hecho, miré alrededor para ver personas saliendo de la oscuridad, sus ojos atentos a los míos.
Algunos se inclinaron, en su mayoría lo hicieron, pero no a Andras.
A mí.
—Ellos Aurora, son lobos, expulsados de su hogar, vendidos como simple carne para ser tratados a placer.
Bajaron la cabeza con sus vestiduras sucias y rotas, las manos entrelazadas al frente llena de cicatrices y cortes.
Sin embargo eran sus miradas lo que me tenían inquieta. No me veían directamente, no tenían que hacerlo para ver el miedo en sus rostros, la resignación a algo de lo que no estoy segura, la esperanza y la fuerza queriendo esconderse a pesar de que luchan.
¿Qué esconden realmente? ¿Por qué están aquí?
—Tu Rey, tu amado compañero, fue quien les hizo esto.
Esas palabras llamaron mi atención, Andras pudo verlo cuando encontró mis ojos queriendo negarlo.
—Es la verdad, él esconde más de lo que crees Aurora, no es el Rey bueno que crees, no es como te ha mostra