Circe es una chica con una vida normal, es algo torpe y desordenada, pero es feliz. Tiene un nuevo trabajo y no se imagina que poner un pie en Wolf’s Company, cambiará su vida por completo y no solo porque se verá enredada en un triángulo amoroso, sino por el hecho de conocer un nuevo mundo de fantasía «¿Hombres lobo? Solo son mitos y leyendas»
Leer más—Me rehúso a aceptarlo. No voy a permitir que ninguno de mis hijos tenga como compañera a una bruja como ella. —gritó el Sr. Wolf. Estaba furioso ya que se había enterado de que la diosa de la luna había otorgado como compañera a su hijo mayor una bruja y no cualquier bruja, sino la hija de Helios el dios del Sol.
—No puedes interponerte ante el destino. —refutó la Sra. Wolf.
—Claro que lo haré, no pienso quedarme de brazos cruzados, mientras que mi hijo es sentenciado a una vida miserable ante una bruja. Eso es antinatural, en estos momentos voy a exigir que escoja una nueva compañera para mi hijo. —El Sr. Wolf se convirtió en lobo, un hermoso y gran lobo blanco, sus ojos se iluminaron de color rojo y se introdujo en el bosque.
Empezó a correr sin descanso, esta noche la diosa de la luna estaría en la tierra y él tenía que aprovechar para exigir una nueva compañera para su hijo.
Regresó a su forma de hombre y se presentó ante la diosa, pero ella ya hablaba con alguien más. Era Helios, el dios del sol.
—¿Ves? no soy el único conforme con esa unión. —habló al ver al Sr. Wolf.
—¿Tu también quieres que se deshaga esa unión? —preguntó la diosa de la Luna.
—Claro que sí, lo que has hecho es una abominación.
—Es una aversión. —afirmó Helios
—No puedo hacer nada por ustedes, sus hijos están destinados para estar juntos.
—¡Es una locura! Te exigimos el rompimiento de esa unión. No dejaré que mi hija, una de bruja con poderes espectaculares, hermosa, única entre todas las diosas, sea la esposa de un simple perro, ella merece algo mejor.
—¡Mi hijo no es un perro! Un día será un Alpha, el más grande de la tierra quién dominará este mundo prodigioso y necesita a una mujer valiente, fuerte y sabia a su lado y no hechicera. Además los hombres lobos tenemos el arte de enamorar a cualquier mujer, podríamos tener la que quisiéramos.
Los dos hombres empezaron a pelearse, ninguno de los dos estaba conforme con esa unión.
—¡Baaaaasta! —gritó la diosa de la luna—. Nadie tiene el poder para romper una unión, mis órdenes vienen del Dios supremo y sus decisiones son irrebatibles. Pero al parecer ninguno de los quiere aceptar el destino de sus hijos, así que recibirán un castigo, ustedes y sus reinos.
—¿De qué estás hablando? —inquirió Helios.
—El destino es inquebrantable y nadie puede romperlo y mucho menos intentar destruirlo. —La diosa se dirigió hacia Helios —Tú hija morirá esta noche y va a reencarnar en una humana, en otra época, otro año, otro siglo. Nunca sabrás de ella hasta que la veas casada con el hombre lobo. Tu reino sufrirá su ausencia y la llorarán por años, no habrá alegría en tu corazón hasta que la vuelvas a encontrar, pero nunca podrás regresar a los cielos, ella pertenece a la tierra junto a su esposo.
—Eso es injusto —reclamó Helios—. ¿Qué castigo recibirá el hombre lobo? No fui el único en estar en desacuerdo.
—Según las leyes de la luna cuando un hombre lobo encuentra a su compañera, sus corazones se reconocen, el amor es mutuo, pero eso no pasará con tu hijo, pasará años en soledad, sin encontrar a su compañera y cuando por fin lo haga, cuando su corazón encuentre su destino no será correspondido, deberá pelear, luchar hasta conseguir que su compañera lo amé.
—Pero, ¿si ella será humana? eso significa…
—Que cualquier hombre sobre la tierra podrá pelear su corazón y ella podrá elegir. Pero si su corazón no llega a amarlo, tu hijo no lo soportará y su vida se hará corta. Tu reino no será el mismo, tendrán que ocultarse de los humanos, serán despreciados y todos les temerán. Tu vida será corta y no podrás ver la gloria de tu reino.
»Porque cuando la hija de Helios encuentre el verdadero amor, su poder va expandirse por todo el universo, el cielo y la tierra se unirán y podrán conquistar nuevos mundos. El dueño de su corazón tendrá un poder inigualable y nadie podrá derrotarlo. Ahora ¡salgan de mi presencia!
Los dos seres salieron de la presencia de la diosa de la Luna. Ambos solo vieron sus caras y cada quien regresó a su reino. Helios hacia las nubes y el Sr. Wolf hacia los bosques.
Ellos conocían su destino, y ahora sabían que no podían cambiarlo y mucho menos destruirlo. Ahora por su atrevimiento sus reinos estaban sentenciados, solo quedaba esperar y que el presagio de la diosa de la luna no se cumpliera. Pero sus esperanzas terminaron cuando se enteró que la hija de Helios había muerto. Ahí supo que no había vuelta atrás y que su hijo tendría que buscar a su compañera y enamorarla, para que el mundo fantástico que conocían regresara a la normalidad.
—Mamá, ¿el hombre lobo ya encontró a su compañera? ¿Logró enamorarla?
—No, lo sé. Pero estoy segura que cuando él la encuentre, hará todo para enamorarla.
—Yo quisiera enamorarme de un hombre lobo.
—Mi vida, esta es solo una historia, los hombres lobos, las diosas o brujas no existen. Son solo historias que la familia ha contado de siglo en siglo.
—¿Quién te contó esa historia?
—Lo hizo tu abuela y a ella se lo contó su madre y así de generación en generación hemos repetido esta historia a nuestras hijas y por eso en esta ocasión decidí que era momento de que la conocieras.
—Es una lástima que no existan los hombre lobo. Yo me casaría con uno de ellos.
—Mi niña, tú tendrás un príncipe a tu lado. Ahora ya es momento de dormir.
—Está bien mamá. Feliz noche.
—¡Feliz noche Circe!
2 años después… El invierno había llegado a la ciudad desde hace varias semanas. Las calles, los techos de las casas e incluso los árboles estaban llenos de nieve. Todo alrededor era blanco, el aire frío, pero aun así los niños se divertían. Jugaban a las guerras con bolas de nieve, hacía ángeles y muñecos de nieve. No importaba el frío, ellos sabían como divertirse. Circe observaba desde la ventana dicha escena. Los niños en la aldea disfrutaban de la nieve. —La tía favorita está en casa. —Ada ingresó a la casa y en sus manos llevaba varias bolsas de regalos. La familia celebraba una de las fiestas más deseadas de toda la humanidad: Navidad. Convel, el hijo de Circe y Edon, quien es encontraba en el suelo, se puso de pie y corrió hacia su tía. Tenía un poco más de dos años, pero sus habilidades eran de un niño más maduro y eso era porque en su sangre el adn de los hombres lobo y los dioses del olimpo. »He traído muchos regalos para mi sobrino favorito. Detrás de Ada uno de los
EDONMiré a Circe delante de mí, estaba realmente preciosa. Me sentía tan afortunado de tener una compañera tan bella, pero también noble, inteligente, con grandes sentimientos. Llevaba puesto un vestido blanco y una corona de flores adornaba su cabello. Sus bellos ojos brillaban de la alegría, y no podía ver los míos, pero de seguro brillaban mucho más. La petición de Circe de hacer la boda en la playa, en un principio me pareció extraña, pero cumplí sus deseos y no me arrepentía. Todo estaba hermoso, la arena y el mar. —Estamos reunidos para celebrar la unión de Edon Wolf y Circe Hall…—inició el reverendo. Él hablaba y daba el discurso matrimonial, pero yo estaba enfocado en quien iba a convertirse en mi esposa. Increíble que en un empezó me negué a aceptarla como mi verdadera compañera, que todo había sido un error de la luna; sin embargo, la luna nunca se equivocaba y eligió a la mejor mate para mí. —Edon Wolf, aceptas a Circe Hall como tu esposa… —preguntó. —Si… claro que sí.
Inhala, exhala. Inhala, exhala», eso repetía en mi mente. No quería olvidar cómo respirar. Estaba tan nerviosa que creí que en cualquier momento dejaría de hacerlo.—Circe, todo saldrá bien. —Ada colocó unas pequeñas flores en mi cabeza y me dio palabras de aliento.—Nunca pensé que me encontraría en esta posición. Yo, Circe Hall, estoy nerviosa por casarme, ¡casarme! En serio que no lo creo.Después de regresar al castillo y que las empresas Wolf lograron su estabilidad económica, decidimos casarnos lo más pronto posible, ahora yo estaba aquí nerviosa en el cuarto de un hotel lista para ser llevada al altar.—La playa está hermosa. —mencionó mi amiga. Tal y como lo había deseado, la boda sería en la playa, frente al mar. Todos estaríamos con ropa veraniega, blanca y sin zapatos.Lo único que me entristece de este momento es que no tenía a personas especiales en este acto tan importante, como Myriam y Epona. Ni mi hermano estaba aquí, al aparecer no pudo salir del olimpo para venir a
»—Circe… —habló—. Quiero que te cases conmigo. No me imaginé que mi propuesta de matrimonio sería de esa manera. Tal vez en una cena romántica, con un anillo, un trío de cuerdas, o quizá en un lugar romántico como la torre Eiffel. »Entonces ¿qué dices? —volvió a preguntar—. Hemos pasado por mucho, esperé por ti tantas décadas y cuando te encontré… —Pensaste en que era una chica desarreglada, sin maquillaje… —¡Shhhh! —puso su dedo sobre mis labios para callarme —Desde que te conocí me volviste loco, de eso no hay duda. Volvió a besarme. Una de sus manos quitó mi sostén. Bajé mis manos hasta su cinturón y lo quité. Quería sentirlo por completo. Quitó sus pantalones y sus calzoncillos. Qué más daba si la cena se enfriaba, tenía un gran filete de carne frente a mí. Terminé de desnudarme. Edon se metió entre mis piernas. —Te amo. Susurró antes de penetrarme —¡Ah! —gemí de placer. Cada momento con Edon era especial, cada que vez que hacemos el amor él me hace sentir especial. En ca
Ellos conocían su destino, y ahora sabían que no podían cambiarlo y mucho menos destruirlo. Ahora por su atrevimiento sus reinos estaban sentenciados, solo quedaba esperar y que el presagio de la diosa de la luna no se cumpliera. Pero sus esperanzas terminaron cuando se enteró de que la hija de Helios había muerto. Ahí supo que no había vuelta atrás y que su hijo tendría que buscar a su compañera y enamorarla, para que el mundo fantástico que conocían regresara a la normalidad. **** —Mamá, ¿el hombre lobo ya encontró a su compañera? ¿Logró enamorarla? —No, lo sé. Pero estoy segura de que cuando él la encuentre, hará todo para enamorarla. —Yo quisiera enamorarme de un hombre lobo. —Mi vida, esta es solo una historia, los hombres lobos, las diosas o brujas no existen. Son solo historias que la familia ha contado de siglo en siglo. —¿Quién te contó esa historia? —Lo hizo tu abuela y a ella se lo contó su madre y así de generación en generación hemos repetido esta historia a
Un lobo blanco, blanco como el inmonente Everest, sus ojos como dos infrarrojos, sus colmillos corto punzantes y sus garras afiladas. Así es como Edon hacía su presentación y marcaba la cara del monstruo en que se había convertido su hermano. A pocos metros Circe lo miraba incrédula. Aún no podía creer que Edon estuviera aquí. Dudó en su supervivencia, pero ahora estaba aquí. Fray se levantó del suelo y vio a su hermano convertido en lobo. Sintió terror y odio a la vez. Para él. Edon estaba muerto, él con sus el relicario de la muerte le había provocado la muerte y era imposible que estuviera de regeso. Su corazón sintió una gran furia, se llenó de odio y rencor. Edon no podía ser inmortal, su hermano tenía que estar muerto. Estaba asimilando la existencia de su hermano cuando sintió un fuerte golpe que lo hizo caer al suelo. Edon lo golpeó por segunda vez. Se levantó y dio un gran rugido para que todos conocieran su gran poder. Con voz grave Fray pronunció.—Voy a matarte una, d
Último capítulo