Capítulo 267: Amando la misma mujer.
La madrugada había sido demasiado larga para todos, pero especialmente para Marcos.
La casa estaba en silencio. Un silencio denso, pesado, casi incómodo. Después del caos, la tensión, la adrenalina y la confesión final de Antonio, lo único que quedaba era un cansancio profundo que se había colado en los huesos de cada uno.
Camilo se había ido directo a ducharse. Fernando se había despedido para ir a ver a Leo, completamente preocupado por su ausencia de llamadas. Victoria había subido a descansar. Isabella ya estaba de camino a su casa.
Y Marcos… Marcos seguía ahí, clavado en medio de la sala, sintiendo que su cuerpo pesaba más que nunca y que su mente era un laberinto sin salida.
Luego subió las escaleras lentamente, casi arrastrando los pies, como si cada paso estuviera cargado con un recuerdo, un miedo o un pensamiento que no quería enfrentar. Entró a su habitación y cerró la puerta despacio, dejando el mundo afuera, pero no todo lo que llevaba dentro.
El cuarto estaba oscuro. La o