Continuando con mi incansable trabajo de solucionarle la vida a mi jefecito, heme aquí hoy en los tribunales presentando un habeas corpus en favor de uno de sus clientes, pero por desgracia quién me acompaña es Jex, pues don Luis anda en una misión para don Aston.
La verdad es que desde lo que le escuché hablar el otro día he estado más reticente a hablar con él, sobre todo porque sospecho que fue quién hizo la denuncia en inmigración.
El otro día lo escuché hablar con la jefa de que su novia había estudiado para asistente judicial y quería ver la posibilidad de que le dieran un trabajo. La jefa, olímpicamente, le dijo que no había problema, pero que debía postular como todos y ahí tuve que dejar de escuchar porque mi jefe me llamó, así que no pude seguir con el chisme.
De Aquiles supe que renunció a su trabajo, no me lo contó él, sino que la jefa y eso había sido un balde de agua fría para mí. No le había alcanzado a pasar el dinero que me había pedido para seguir con mis trámites, p