Eros Campbell está marcado por su pasado, la guerra y la ausencia de una madre, es un hombre frio, arrogante y amargado, no conoce el amor y tampoco le interesa hacerlo. A sus 32 años no ha conocido a una mujer que valga la pena, hasta que llega ella. Eva Larsson es fuerte, sabe lo que quiere y no duda en conseguirlo, es aguerrida, leal, sincera y es candela pura. Eva cree estar enamorada de su prometido, Aaron Sotavento… Hasta que el coronel Campbell se atraviesa en su camino. En medio de una guerra, Eros, Eva y Aaron tendrán que luchar por la protección de su país, sin embargo, Eros y Eva tendrán una guerra más fuerte que librar, aquella contra sus sentimientos, ambos se envolverán en una red de pasión, secretos y traiciones de la que no van a poder escapar fácilmente.
Ler maisEva.
Dos horas de ejercicio en el campo de artillería me han dejado muerta.
Meto mi uniforme sucio en el casillero, me suelto el cabello que está acomodado en un moño bajo redondo y apretado, agarro la toalla y voy hasta las duchas con Zoé
–Esta noche regresa Eros – me grita al tiempo en que abre la llave del agua caliente.
El cuarto se llena de humo inmediatamente y el vaho hace desaparecer la cara de Zoé. Yo prefiero el agua fría, así que apreto los dientes, cuento hasta tres y me meto bajo el chorro.
–Espero que el imbécil de Eros tenga paciencia con nosotras, es decir, eres su hermana y yo soy tu mejor amiga, eso debe contar para algo, ¿No?
–No Eva, Eros no tiene compasión de nadie, es un jodido amargado.
–Sigue siendo igual, ¿Eh? – creo que la última vez que vi a Eros Campbell fue hace tres años en la ceremonia de ascenso a teniente de Zoé.
Aún recuerdo sus gélidos ojos color azul, sus cejas y pestañas espesas y rubias, su mandíbula cuadrada y su cabello corto rubio perfectamente peinado, recuerdo como si hubiera sido ayer la forma en la que apretó mi mano para saludarme, el corrientazo eléctrico, la sensación que me generó, fue como haber tocado un témpano de hielo, como si hubiera saludado a una máquina.
–Eros no va a cambiar nunca – bufa Zoé – y le ha funcionado bastante bien, por algo será nuestro nuevo coronel en solo veinticuatro horas.
–Y no coronel de un batallón cualquiera – susurro – sino de la FUERZAS ARMADAS ESPECIALES DE AUSTRALIA (FAEA). Hay que tener muchos cojones como para conseguir todo lo que él tiene siendo tan joven.
–No le hagas saber que lo admiras – me advierte – mi hermano está harto de las mujeres que se ponen a sus pies, las trata como ratas, las utiliza un rato y después las desecha.
–Lo dices como si yo fuera a babear por tu hermano – ruedo los ojos – ¡Eso no va a pasar nunca, Zoé!
–Eso espero, sabes que no te perdonaría que pusieras las manos en el sitio equivocado.
Zoé es una chica celosa y posesiva cuando de Eros se trata, él es la única familia que le queda a parte de su padre y por eso se encarga de espantar a más de una de las trepadoras del ejército que no quieren sino meterse dentro de los pantalones de Eros.
–Por mi puedes estar completamente tranquila – comienzo a quitarme el jabón de los pechos y del abdomen mientras me enjuago con el agua – y parece que se te olvida que voy a casarme.
–Ujumm – suelta.
–¿Qué significa ese “Ujumm”?
–Que estás comprometida hace un año y aun ni siquiera tienes fecha de matrimonio – reprocha – Aaron y tú ya deberían tener una fecha, un sitio e incluso las invitaciones de la boda. Apuesto a que ni siquiera te has probado un solo vestido de novia.
–No hemos tenido demasiado tiempo para la boda, Zoé, queremos casarnos, pero hemos estado demasiado ocupados, Aaron sale de una misión para otra, y yo… bueno, ya conoces mis horarios, trabajamos veinticuatro horas al día los siete días de la semana, no tengo todo el tiempo del mundo como el resto de las novias – respondo al tiempo en que salgo de la ducha y me envuelvo el cuerpo en una toalla del color militar, azul egipcio.
–Entiendo que no tienes tiempo, eres capitán de toda una compañía – dice de forma obvia – pero si en realidad quieren que este matrimonio suceda, en algún momento deben hacer tiempo, sacarlo, ¿De dónde? No sé, eso es algo que ustedes dos deberán arreglar.
Me muerdo el labio inferior, Zoé tiene razón, yo misma le he dicho esto muchas veces a Aaron, pero me siento estúpida, es decir, él está afuera en países como Bélgica luchando contra el narcotráfico, mercenarios y grupos terroristas y yo no quiero joderle la vida con el color del ponqué de matrimonio.
–¿Qué opina Aaron de todo esto del matrimonio?
Trago saliva y miro al piso de forma nerviosa – como te dije, no hemos tenido mucho tiempo de hablar – «Ni de muchas otras cosas tampoco»
–Llévalo al altar antes de que alguien más se te adelante – murmura – eres hermosa, Eva, eres como la mujer perfecta, pero recuerda que estamos en un estanque de víboras, y Aaron es joven, tiene un alto rango aquí dentro y además tiene un culo de infarto… yo le pondría la soga al cuello más tarde que temprano – Zoé me guiña el ojo y sale de los baños.
Yo niego con la cabeza, definitivamente esa chica está completamente loca, es muy extraño que ella y Eros siendo hermanos sean tan diferentes, a Zoé le falta un tornillo, en cambio Eros los tiene todos demasiado apretados, Zoé es apasionada y Eros es un jodido hielo.
¡Agh! No sé cómo será trabajar con él, solo espero que no se comporte como un completo imbécil. Por lo menos no conmigo.
Me pongo el uniforme limpio y voy a la torre de las habitaciones, esta noche no iré a dormir a mi departamento, mañana a primera hora debemos estar en la ceremonia de nombramiento de Eros como coronel. No quiero llegar tarde, no quiero darle la menor oportunidad para que pueda poner el ojo encima de mí.
Dos años después. Eva. –¡No puedo creer que esté sucediendo de verdad! – Gigi se agita la mano enfrente de la cara, parece que está a punto de llorar y no quiere arruinar el maquillaje que tanto tiempo ha costado.–¿Vas a llorar otra vez? ¡Pero si es mi boda, no la tuya! – chillo yo mientras la molesto.–¡Ay lo siento! – ella se limpia la lagrima – solo me emociona demasiado saber que vas a casarte, cariño, estuviste comprometida con Aaron como mil años – yo ruedo los ojos ante lo exagerada que ella es – y ahora mírate, estás a punto de casarte con un hombre completamente diferente, uno que no tuvo que esperar demasiado para realmente casarse – ella sorbe por la nariz – eso me emociona demasiado.–¿Segura que no tiene nada que ver con que estás emba
Eva. Recibo una llamada, es una enfermera del hospital que me dice que Aaron está internado aquí mismo en un ala contigua a la mía. Me han llamado porque en mi expediente anterior decía que era mi prometido, y él estaba tan inconsciente que no fue capaz de decir nada. –No estarás pensando en ir, ¿Cierto? – Eros salta de la cama y me mira con los ojos bien abiertos.–¡Por supuesto que voy a ir! No voy a dejarlo tirado a su suerte – le explico, pero él se lleva la mano a la nuca, claramente exasperado – ¿Qué es lo que tanto te molesta? – pregunto con el ceño fruncido al tiempo en que comienzo a ponerme los pantalones. –Ese hombre no me agrada, Eva, no estoy diciendo que se merece lo que acaba de pasar, pero no tienes porque ir allá.A veces siento que Eros puede llegar a ser realmente c&ia
Aaron. –¡Maldita sea! – grito cuando regreso al batallón nuevamente. Acabo de ver como el jodido amor de mi vida me da la espalda para largarse sin decir adiós, sin importarle como estoy, como me siento y sin detenerse a pensar en lo jodida que está mi situación justo ahora – ¡La odio! – le grito, aunque ella no pueda escucharme. Pero debo sacar ese sentimiento de dentro de mi pecho, porque si no, va a terminar matándome. Yo voy a mi habitación porque en este punto de la historia no tengo ni siquiera una puta oficina, después de mi degradación de puesto, me han dejado sin nada, ya ni siquiera estoy seguro de que todos esos malditos me quieran aquí adentro. Una vez que llego a mi cuarto, agarro una de las muchas botellas de licor tiradas en el piso, es una que todavía tiene contenido, por el contrario, al resto, me la empino enseguida y dejo
Eva. Eros estuvo conmigo toda la noche, me acompañó, se encargó de que yo estuviera bien y de que tuviera todo lo que necesitara, incluso aunque no necesito mucho teniéndolo a él a mi lado, literalmente está a mi lado, hubo un momento de la noche en donde decidió que el sofá era demasiado incomodo y entonces se acostó junto a mí en la cama de hospital, eso sí, lo suficientemente lejos para no incomodarme, o eso cree él, porque la verdad es que su cuerpo grande no me ha dado espacio para moverme ni un milímetro sobre el colchón.–Eva, ¡la bebé quiere que vayas a…!
Eros. –Señorita, necesito que me de información de la paciente Eva Larsson, debe estar teniendo a su bebé ahora mismo – le digo de forma acelerada a la chica que esta en la recepción.Me limpio el sudor de la frente mientras ella teclea algo en su computadora, corrí desde el estacionamiento hasta el cuarto piso en el que se encuentra la sala de maternidad y eso sumado a los nervios que siento dentro del pecho me tienen completamente acalorado.–La señora Eva Larsson se encuentra efectivamente en sala de parto en este momento, por el momento no puede verla o entrar en la habitación, el trabajo de parto ya ha comenzado – ella me sonríe, yo por el contrario le doy un golpe al escritorio de madera.–¡Joder! – gruño.–No se preocupe, puede esperarla en nuestra sala de espera – la mujer sigue sonriendo como si fuera
Eros. Ayudo a meter las maletas de Zoé en el auto, cuando hemos dejado todo su equipaje en el maletero, yo tengo que enfrentarme a una despedida que jamás pensé que sucedería, por lo menos no después de todo lo que pasó hace seis meses.–¿Estás segura de que esto es lo correcto y lo que quieres hacer? – le pregunto, a pesar de que ya lo he hecho como diez veces solo en esta noche.–Si, estoy segura – suspira – creo que es momento de respirar aire fresco, de volver a comenzar en un sitio que no este manchado de tanto pasado, como este – señala a nuestro alrededor – a pesar de que ella se ve muy segura de si misma alcanzo a notar un atisbo de nostalgia en sus ojos, sé que una parte de ella no quiere irse, pero tambien estoy seguro de que esto es lo mejor para ella.–¿Vas a volver?–No lo sé &ndash
Último capítulo