Anastasia no es capaz de pronunciar palabra alguna, y Sebastián sonríe con malicia.
—si dormirás conmigo, por si llego a necesitar algo, pero no tendremos sexo, no tengo ningún deseo por ti, así que acostúmbrate a verme desnudo, porque yo hago lo que me plazca— hablo él pretencioso y luego camina hacia la cama, Anastasia respira profundamente, pensó que Sebastián le hablaba enserio, la chica se gira para no verlo más, y luego suelta su larga cabellera, su cabello es cobrizo natural, muy llamativo resaltando el color avellana de sus ojos, ella luego se gira avergonzada sin fijar su mirada en Sebastián y toma asiento en la cama, aún con los nervios de punta
—¿¡Qué haces!?— preguntó él molesto y la chica se coloca de pie rápidamente
—yo...
—¿Te piensas acostar sin bañarte?— la fulmina Sebastián y ella traga grueso
—es que yo...
—tu nada, ve a bañarte, no creas que te vas acostar a mi lado llena de gérmenes— cuando Anastasia escucho esas palabras de desprecio por parte de Sebastián,