Tiberius la observó, esbozó una leve sonrisa pensando en que Sergio jamás la inquietaría tanto como él, Raffaella se acercó a su hermana, hablaron, le entregó una bolsa y se despidió sin dirigirle la mirada a él.
–¿Qué hay en esa bolsa? –quiso saber llegando al lado de su hermana.
–Raffaella nos trajo comida preparada por su abuelita.
–¿En serio? Es muy amable de su parte, come y haz que George coma también.
–Iré a la cafetería con él, por favor, apenas salga el médico me llamas.