Tiberius se aclaró la garganta para hacerle notar su presencia, Ignacio giró y lo miró reflejando sorpresa en sus ojos, pero el hermano de la mujer que había estado observando tenía hielo en su mirada.
–Esa frase no te va a servir de mucho Remington, permito tu estadía aquí porque estoy más pendiente de mi hermana y mis sobrinos que de ti, pero no pienses que tienes entrada libre a sus vidas. Solo yo sé cuánto daño le hiciste a mi hermana; solo yo la escuché llorar de amor y dolor por ti; eso no se borra con una simple petición de perdón, así que no te equivoques.
–En todo caso creo que es ella la que tomará la decisión final, estoy dispuesto a demostrarle mis buenas intenciones para con los niños y si en el proceso puedo explicarme y obtener su perdón, me daré por satisfecho.
–¿Qué explicación puede tener el abandonar a una mujer embarazada?
–No sabía que estaba embarazada.
–Admítelo Remington, eso no hubiera cambiado nada p