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Serie Seduciendo

Serie SeduciendoES

Romántica
SARAH LANCESTER  Completo
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98Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

ComediaDulceArroganteRomanceMultimillonarioKarmaCaballero

Una protagonista digna de ser una villana Un empresario exitoso que no supera su pasado Un mujeriego al que le va mal en el amor Una mujer embarazada que odia a los mujeriegos Primer libro: Aledis no había tenido una vida fácil y todo lo ocurrido en ella la llevó a crearse una máscara de superficialidad y egoísmo. Tanto, que su mejor amigo la llamaba Perra. Su vida da un giro la noche en que recibe un email de un admirador secreto, ¿qué podría pasar por responder? Lo que nunca imaginó fue que el pasado que tanto deseaba dejar atrás llegaría para hacerla enfrentarlo y, con él, tal vez el amor de un hombre que ni por asomo era el de sus sueños. Segundo Libro: Karla es una inmigrante venezolana que dejó su país con el sueño de una vida mejor junto al hombre del que se había enamorado, pero en esos sueños no entraban que su novio la abandonara, le fuera infiel y, para colmo, dijera que el hijo que esperaba era de otro. Ella no quiere saber de más de los hombres y menos de un mujeriego… Hasta que aparece él. ¿Podrá un mujeriego enamorado reformarse? ¿Podrá Karla volver a confiar en el amor?

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Último capítulo

  • Epilogo- Final

    Observó a su mejor amigo de la infancia nervioso junto al altar. Había trascurrido casi cuarenta años desde la unión con la mujer que se había convertido en la dueña de su vida. Aún después de tanto tiempo se veía como un colegial enamorado. La pelirroja siempre le gustó hacerse de rogar, en sus segundas nupcias no iba a mostrarse diferente. Karla permanecía al otro lado del altar, a lo largo de la mañana se había quejado de un modo incesante con Elián, odiaba el traje de dama de honor que le confeccionó. Contuvo la sonrisa cuando ella le dirigió la mirada, a veces creía que podía leerle el pensamiento. Alzó una ceja y dejó los ojos en blanco, casi podía sentirla pellizcarlo en la distancia y preguntarle al oído qué le hacía tanta gracia. Lo cierto era que el vestido ajustado no era apropiado para su edad ni las curvas obsequiadas con el pasar del tiempo. Cada una de ellas era la prueba de los estragos que su historia de amor había hecho en el cuerpo. Él también había cambiado. Puede

  • Capítulo 37.37 Los miedos quedaron atrás

    Su madre siempre decía que las prisas no eran buenas consejeras, lo comprobó en el mostrador de la aerolínea, al percatarse de que no era capaz de regresar a su país como un fracaso. Las ganas por verse agasajada por su familia la llevaron a una decisión errónea. Era más fácil huir que afrontar las consecuencias de sus actos. Sobrevivió en pésimas condiciones y volvería a hacerlo. Asumiría las críticas y se alejaría, se debía un último intento. Por ella, por el bebé, por un futuro que se presentaba incierto.Cuando la empleada de la aerolínea tomó entre sus manos la documentación, no pudo hacer otra cosa que arrebatársela. Negar con insistencia y correr arrastrando la maleta. Abatida se encerró en los baños, se adentró en uno de los cubículos y lloró dejando escapar todos los sentimientos que se apoderaron de ella. Quizá podía quedarse a vivir allí, lo había visto en una de esas películas de Hollywood. Solo el tiempo suficiente para decidir qué hacer con su vida.Lloró sin descanso, p

  • Capítulo 36.36 Se fue sin decir adiós

    Tras comprar un anillo de compromiso a pesar de la ayuda bienintencionada de Aledis —ella pretendía poner una piedra tan grande en el dedo de Karla que podría morir aplastada por su propio peso—, continuó con su nuevo día. Acompañó a la pelirroja a su hogar y fue recibido con un Brais furioso. Tras huir de él a lo largo de todo el jardín, lanzarlo a la piscina para que se le enfriaran las ideas de asesinarlo, y tener que tirarse tras él para rescatarlo; se calmó y decidió escuchar.Concluyó su primera disculpa que sellaron con un abrazo, la vida comenzaba a sonreírle. Recuperó a su hermano, y sintió que entre todos lo habían tomado por tonto, pero en aquellos momentos no le importaba. Ya ajustaría cuentas con Elián, debía comprender que sus macabros planes nunca salían como esperaba. Aunque no se imaginaba el futuro sin caer en sus redes y ser parte de las locuras que propusiera.Nada importaba, tan solo deseaba ver a su gata y obligarla a aceptarlo. Era orgullosa, quizá el anillo de

  • Capítulo 35.35 Decisión tomada

    El día comenzó de una forma gloriosa. Al comprobar el estado de su vacía cuenta bancaria en el teléfono, se percató de que acababa de recibir su primer sueldo.«¡Y qué pedazo de sueldo! No puedo creer la generosidad de mis nuevos jefes. Tanto dinero por hacer lo que me gusta, si no me hicieran falta tantas cosas para el bebé, con esto podría marcharme a Venezuela».La idea de volver a su hogar, ver a su familia, era algo que en los últimos días se le pasaba por la mente con demasiada fuerza. No había un lugar seguro al que regresar, ni un trabajo tan bueno como el que poseía. Los amigos que consiguió en un corto periodo de tiempo, no tenían que envidiar nada a los de su niñez. Aledis se comportó casi como una hermana, Brais era el hombro en el cual llorar y apoyarse. Elián con todas las locuras, y su cariño era el pilar en el que soportar todos los malos momentos. Había encontrado una nueva familia, una que necesitaba tener cerca del bebé que pronto nacería.Aunque la buena noticia so

  • Capítulo 34.34 Toda la verdad

    Cristian arrastró a Aledis desde el bar hasta su casa. No le permitiría regresar con ese hombre que la engañaba, no le daba valor y, para colmo, le robaba a su gata. Tan solo con pensar que los arañazos dirigidos a él, los llevaría Brais en su espalda, le removía las tripas. No iba a perdonarla, esa mujer era la peor de todas. Le abriría los ojos a ese que se hacía llamar amigo, y si su esposa quería volver con él ya sería problema de ellos.No entendía la negativa de la pelirroja, ni lo nerviosa que estaba por hacer que se quedara en su casa, no era la primera vez que la compartían. Además, actuaba casi por un impulso egoísta. Las noches en soledad eran eternas. No pensaba aprovecharse de ella por estar pasando un mal momento, para su desgracia Karla le había robado la virilidad. Ya no miraba a otras mujeres como lo hacía antes, era incapaz de ver a Ale con todas sus impresionantes curvas como alguien a quien llevarse a la cama.El día que visitó a la bruja lo maldijo con una impoten

  • Capítulo 33.33 ¡Ay, la que he liado!

    —Brais, nos vamos ahora mismo de aquí. —Aledis le ofreció una mirada envenenada a Elián.Permanecía en el umbral de la puerta, debatiéndose entre salir detrás de sus amigos o enfrentar a Cristian. Estaba a punto de decantarse por la segunda opción, cuando el culpable de la situación la detuvo.—No te muevas de aquí, nalgona. Esto solo es un pequeño inconveniente, pero todo va como anillo al dedo. —Lo agarró del brazo tirando de él y siguieron a la pareja mientras murmuraba.—¿Te parece que está saliendo bien?, estás más demente de lo que creía chamo, no puedo seguir con esto. Debo hablar con él.—¡No te atrevas!, confía en mí. Antes de que cante un gallo va a estar arrodillado frente a ti buscando entre tus piernas el paso a su felicidad. Aunque no lo entiendo, la felicidad es un trozo de carne dura, no un hueco chorreante, ¡qué asco!—¡Marica! —gritó Aledis—, mantenerse en silencio. Se le está hinchando la nariz a mi cosita, como acabe desfigurado la muerte será el mejor destino que

  • Capítulo 32.32 Consecuencias

    No era un súcubo, tampoco una sirena que había escapado del mar y caminaba sobre la tierra para ejercer su poder, ella no era diferente a las muchas arpías que se cruzó en su vida. «¡Es una guarra!, eso es lo que es. No tiene respeto por nada, ni por nadie, y menos por hombres casados. De él me duele, pero que Karla aun sabiendo lo que Brais significa para mí lo agarre como su víctima, es demasiado hasta para una mujer como ella».Le costaba creer lo que veían sus ojos. Su antiguo mejor amigo aprovechaba cada rato que se encontraban a solas para acercarse al ser demoníaco. Se atrevía a pasear sus sucios dedos por el contorno de su rostro, ¡y qué decir de la ingrata venezolana! Esa que cerraba los ojos extasiada ante el contacto y se mordía el labio inferior como si tuviese un orgasmo.Se estaba volviendo loco, no rendía en el trabajo, pasaba los días encerrado en la oficina pegado al teléfono observando cada uno de sus movimientos. Al principio pensaba que eran los celos jugándole una

  • Capítulo 31.31 Los absurdos planes de Elián

    —Estamos aquí reunidos, para reunir a este hombre y a esta mujer en santo matrimonio.—¿De qué hablas marica? Nos mandaste a llamar porque decías que era una reunión urgente del equipo gay —espetó Aledis.—¡Cómo eres de aguafiestas, perra del demonio!, lo que pasa es que hace una semana que voy a la iglesia con regularidad. Cada vez que tengo tiempo libre voy a misa y el domingo estuve en una boda.—¿Se casó algún conocido? ¡Qué raro que no nos invitaran, amor! Debemos socializar más. —Brais sonrió a su esposa y le dio un beso en los labios.—Normal que no los inviten, sois un asco. Todo el tiempo con sus babeadas, restregando en la cara de los pobres vuestro amor y nunca ofrecéis un trío. Pero la boda no era de nadie conocido, no tengo la mínima idea de quienes eran. Solo fui para ver al sacerdote.—Es cierto, me engañó para que lo acompañara —afirmó Karla molesta—. Hace una semana me sentía mal, soy muy creyente. Sin embargo, hacia siglos que no visitaba una iglesia, después de todo

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98 chapters
PREFACIO
Serie Seduciendo/SARAH LANCESTER
  “Sólo nos convertimos en lo que somos a partir del rechazo total y profundo de aquello que los otros han hecho de nosotros”. Jean Paul Sartre.   Según la tercera ley de Newton toda acción obtiene una reacción. Bien puede aplicarse a la vida, ejercemos un acto y obtenemos una consecuencia. Regalamos una sonrisa adquiriendo otra a cambio. Obsequiamos un insulto..., quizá deberíamos atenernos al desastre. La joven pelirroja estaba por descubrir que las leyes que rigen el mundo podían darle sorpresas y, no todas ellas, serían agradables. Aledis nunca podría preveer que un inocente email de un admirador secreto podría cambiar su bien planificada vida para siempre. 
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Capítulo 1: Una perra muy ladradora
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Se maquillaba ayudada del espejo retrovisor en cada semáforo de la ciudad. A veces se demoraba y los autos que llegaban tras ella comenzaban a hacer sonar la música de los cláxones. «¡Idiotas! No pienso llegar al trabajo sin ocultar las ojeras». Sacó el dedo medio, formó con él una grosería y se lo enseñó al primer conductor que la adelantaba. —¡Niñata, arréglate en tu casa!—¡Cállate, adefesio! —gritó, a la vez que sacaba la mitad del cuerpo por la ventanilla.Tras dedicar el insulto aceleró su auto provocando que el hombre que intentaba sobrepasarla tuviese que dar un frenazo. Al hacerlo, el coche que lo seguía colisionó con él. Observó el percance y disfrutó el momento. «Te pasa por idiota, ¿no tenías tanta prisa?». Se dijo a la vez que aumentaba el
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Capítulo 2: ¿Un ángel?
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—¡Qué buenas horas de llegar, Lorena! —Se levantó del asiento sin dejar de observar a su amiga y a la mujer que la acompañaba. «Debe estar de broma, ¿quién es esa?». La sola visión de la mujer la dejó en shock. Era como ver su pasado, el que tanto quería ocultar, contonearse en su cara y reírse de ella. —Hola, Aledis; disculpa que llegue tan tarde, me surgió un contratiempo —la estridente voz de Lorena la hizo elevar la comisura del labio superior con un gesto de coraje. —Ya me imagino, una noche sin dormir abriéndote de piernas para el primero que encontraste. —Movió la mano intentando quitar importancia a su malintencionado comentario. Así es como se sentía segura. Siendo una perra, no permitiría a nadie más entrar a su corazón y menos permitiría que la dañaran. —¡No seas tan burra!, no fue el primero que encontré. Charlé con él durante una hora en un pub. —Lorena señaló a la chica a su lado—. Ella es Remedios, mi vecina y tu nueva trabajado
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Capítulo 3: Ser odiosa es mi pasión
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Eran las ocho de la tarde, Aledis cerró la cortina de metal hasta la mitad dando por terminada la jornada. Pasó todo el día atendiendo clientes gracias a la falta de personal. «No entiendo por qué las dependientas siempre firman su renuncia, si soy un encanto». Caminó hacia la trastienda donde se encontraba Elián y sus dos nuevas contrataciones. Al pasar junto a la puerta escuchó las risas de los empleados.—Reme, cariño, en un rato la señora tengo un palo metido en el trasero estará molestando por aquí.«¿Señora palo metido en el trasero? ¿A quién se referirá el marica?». Se detuvo a escuchar, ya que la curiosidad era uno de sus defectos.—Gracias por avisarme —Remedios suspiró apesadumbrada—. Espero que esté satisfecha con mi trabajo y no tome en cuenta mi aspecto.—L
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Capítulo 4: Una declaración de amor
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 —¿Cuántas vueltas vas a dar? Envía el puñetero correo.Brais sabía que su amigo estaba molesto con su indecisión. Después de poner en orden los pendientes de la empresa, Cristian le dio una idea para acercarse a la pelirroja de sus sueños.—No puedo, lo tendré que enviar al correo de su tienda. Quizás ella no es la que lo lee.—Todo en esta vida tiene un riesgo, no es que te vaya a ver la cara la persona que lo reciba.—No puedo. —Negó con insistencia.—Entiendo, la verdad es que estás aspirando a una tremenda mujer. No obstante, piensa que eres un hombre exitoso; eso sí, en las sombras, porque yo soy tu imagen.«¡Vaya! Al final él cabeza hueca de mi mejor amigo dijo algo coherente. Es cierto, él es mi imagen». Una sonrisa pícara apareció en su rostro.<
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No sé qué decir, nunca nadie me dijo palabras parecidas. Si eres Elián y estás riéndote de mí me las pagarás, y si no eres él por favor no escriba a este correo; porque si no es esa loca la que se está doblando en la silla leyendo el mensaje, lo hará en cuanto lo vea. Que no estoy diciendo que sea feo. ¡Pero qué cosa más cursi! Y a la vez lindo. Me siento contradictoria, puede que me arrepienta de lo que voy a escribir, sobre todo porque me estoy pintando las uñas y se me estropeará el esmalte. La curiosidad mató al gato, pero creo que tengo algo de felina. ¿Podrías escribirme a mi correo personal?: perrapelirroja#correomail.com disculpa el nombre, lo creó para mí un amigo que estoy odiando mucho en estos momentos. Ahora que lo pienso debería cambiar la contraseña. No sé por qué respondo, quiz
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Capítulo 6: Odio mi pasado
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Se encontraba sumida en sus pensamientos, observando los miles de resultados de la búsqueda en el navegador, pero sin llegar a verlos. Rozaba el teléfono moviendo la imagen de la pantalla hacia arriba y abajo sin observar ningún punto, el llanto de su madre resonaba en la mente por más que deseaba olvidarlo. Sin percatarse de las emociones que su propio cuerpo le enviaba dejó escapar una lágrima.   Remedios y Elián la miraban desde la puerta de la trastienda.—¿Qué le ocurre?—No lo sé. Siempre se pone mal cuando habla con su familia, Reme.—Pero colgó el teléfono —susurró—. Mi madre murió hace varios años, nunca conocí a mi padre. Daría lo que fuera por recibir una llamada de ella.—Reme, ¡¿cómo dices eso?! ¡Qué horror! &iq
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Capítulo 7: La llamada
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 El teléfono tembló en sus manos mientras luchaba con las lágrimas que le entorpecían la visión. «¿Acaso estoy loca? ¿Así de falta de cariño estoy?, le mandé mi número a un desconocido». Se arrepintió, pero ya era tarde. Momentos después la canción que indicaba una llamada entrante comenzó a sonar. Observó la pantalla a la vez que se limpiaba las mejillas.—No puedo. «Hace muchos años que dejé la debilidad ante la gente».Esperó que se extinguiera el sonido, pero minutos después volvió a sonar. Decidida deslizó el dedo y descolgó, pero no fue capaz de hablar sin que se quebrara y rompiera en llanto.—Aledis —la voz masculina pronunciando su nombre la hizo estremecerse. «Dios mío que sonido tan hermoso&raq
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Capítulo 9: Cuenta conmigo
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—¡Qué hice! —Brais gritó tras poner fin a la llamada.Soltó el teléfono en el césped y con ropa incluida se dejó caer al agua. Necesitaba despejar la cabeza así fuera ahogándose. El remordimiento por usar el nombre de su amigo lo estaba desgarrando. Se encontraba feliz por escuchar de nuevo la voz de esa mujer. Saber que su presencia en la vida de ella era igual de necesaria le provocó que no quisiera alejarse de Aledis así tuviera que mentir para obtenerlo. ¿Pero usar a Cristian? Eso era caer muy bajo, por más que no estuviera preparado para enfrentarse al mundo. Se dejó hundir hasta el fondo, cerró los ojos y aguantó la respiración. El único sonido que lo rodeaba eran unos latidos que le resultaban atronadores. Necesitaba alejarse de todo, por Dios necesitaba ahogarse, Cris no iba a perdonarlo.Unos brazos lo arrastraron fuera del a
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