Capítulo: El Guardián en la Sombra
Punto de vista de Khael Lorentz
El silencio del cuarto era denso como el humo de una vela recién apagada.
Gael dormía.
Su fiebre había bajado por fin.
El doctor Varek, agotado, se quedó junto a Aldric velando el sueño del Alfa joven, mientras Khael observaba por la ventana abierta.
La brisa nocturna traía un mensaje.
Ella no estaba allí.
No era difícil saberlo.Nayara no era del tipo que se encerraba a lamer sus heridas.
Era una loba guerrera y su alma era salvaje.
Y el dolor, cuando era demasiado humano, solo podía drenarlo en su verdadera forma.
Y él lo entendía mejor que nadie porque siempre lo hacia así cuando no podía más .
Cerró la ventana con suavidad, dejó la habitación en manos de los demás y salió al corredor. Nadie tuvo que preguntarle a dónde iba.
—Voy a buscarla, —fue lo único que dijo.
Ya en el bosque, Khael caminó hasta un punto lejano, apartado del corazón de la manada. Allí, donde la maleza se abría entre piedras antiguas