El metal frío de la llave me quema a través de la seda del bolsillo, un secreto robado. Mi traición es un peso minúsculo pero mi culpa se siente del tamaño de un planeta. Cassian está justo enfrente, sintiendo mi cambio, pero sin saber dónde buscar.
—Hablemos del trabajo —fuerzo la calma. La mentira es mi único refugio.
—La cohorte de Diana y el Protocolo Delta 3 —explica Cassian, señalando las carpetas—. El factor común no fue el medicamento. Fue el genoma. Diana fue Alpha; Valeria es Beta.
Me concentro en los gráficos. La caligrafía de mi hermana en los documentos me golpea el pecho.
—Aquí está el enlace a la Fundación Sterling. Financiaron un proyecto de biología sintética dirigida. Un ataque biológico de diseño enfocado en ciertas secuencias genéticas de la élite —continúa Cassian, su voz densa de odio.
—El paciente Silencioso es el conejillo de indias de Thorne —deduzco, sintiendo el horror helado—. Si culpan al Delta 3, Sterling toma el control de St. Jude’s y de tu investigación