El apartamento de guardia se había transformado en un búnker de alta tecnología.
Cassian estaba sumergido en los registros financieros de Thorne, rastreando cualquier flujo de fondos sospechoso a través de la Fundación Sterling, tal como se había propuesto. Elara, por su parte, revisaba los archivos digitalizados del Caso Silencioso, buscando incongruencias en la data histórica de la monitorización neurológica.
—Aquí hay algo —murmuró Elara, inclinándose sobre su estación. La proximidad la obligaba a controlar su respiración. Llevaba puesta una camiseta de algodón blanco que Cassian había sacado de la caja de "esenciales", y la familiaridad de la tela, la forma en que el cuello caía sobre su clavícula, era una distracción constante para él.
—¿Qué es? —preguntó Cassian, sin levantar la vista de su pantalla, pero su tono se había agudizado.
—Los patrones de sueño del Paciente Silencioso. El promedio de actividad Delta debería ser constante, con picos naturales de actividad Theta. Pero m