Lo que se suponía que era la última.
Pero aun no lograba entender por qué demonios ninguna parte de su cuerpo deseaba que esa fuera la ultima vez.
Conducía por las solitarias calles de la ciudad, con el zumbido del motor como única compañía en la oscuridad de la noche. Los pensamientos de Daniel se agolpaban en su mente, formando un torbellino de emociones encontradas que lo atormentaban sin descanso.
Por un lado, sentía la rabia y la desesperación de enfrentar una situación que se le escapaba de las manos, una realidad que se tornaba cada vez más complicada y difícil de manejar. Por otro lado, había una parte de él que se resistía a aceptar la verdad, una parte que se aferraba a la dulce sensación de estar junto a Serena, a pesar de todas las complicaciones y los conflictos que eso implicaba.
¿Por qué no podía simplemente dejarla ir? ¿Por qué seguía sintiendo esa intensa atracción hacia ella, a pesar de todo lo que había pasado? Eran preguntas sin respuesta que lo atormentaban en med