—Vamos, no te hagas de rogar, actúa como si no fuéramos nada, cómo te pidió mi madre, ¿qué carajos te pasa?La expresión de Daniel cambió de la diversión a la sorpresa al notar la evidente incomodidad y temor en Serena.Los ojos de Daniel intentaron buscar sus labios carnosos, pero no lo logró, pues Serena continuaba en su desesperado intento por salir. Cada vez temblando con más potencia. Finalmente, observó sus ojos y el aspecto del rostro del seductivo playboy cambió enseguida cuando notó que estos estaban hundidos por las lágrimas, que salían y salían, a pesar de que los mantuviera dolorosamente cerrados.Estuvo al borde de decir algo, pero fue detenido por unos pasos aproximándose.—¡Daniel! ¿Dónde te has metido, bribón?Enseguida reconoció la voz de su hermana, así que soltó rápidamente a Serena y la observó salir corriendo con las manos sobre el rostro, ahogando sollozos. Daniel maldijo entre dientes, yendo a la sala y encontrando a Emily recostada sobre la barandilla de las es
Leer más