Al día siguiente.
Serena estaba preparando el desayuno. Después de lo sucedido con Daniel, no lo había vuelto a ver en toda la tarde y solo esperaba que al menos pudiera estar presente en el desayuno.
Lo que había pasado entre ellos, era realmente hermoso para ella. Se entregó al hombre que amaba, pero no entendió la actitud de su primo después de eso. Quería hablar con él y saber que estaba pasando.
—Desayuna rápido para que te vayas a clases. —El señor Reed dijo de mala gana.
Daniel miró a su padre y luego bajó la mirada a su plato. Las cosas seguían igual que el día anterior en el que el señor Reed había descubierto que su hijo era un bueno para nada y mentiroso que solo perdía el tiempo en salir de parranda con los inútiles de sus amigos.
Serena observaba en silencio la tensión entre Daniel y su padre, sintiendo un nudo en el estómago al ver la tristeza reflejada en el rostro de su amado. Quería intervenir, hablar con Daniel sobre lo que había sucedido entre ellos, pero sabía que