También decidió seguir con la terapia sexual, el resultado de los ejercicios que habían practicado con anterioridad, señalaba que los ayudaba, por lo que podían concurrir con la
psicoterapia de Christina. El suave y breve pitido de la alarma, que señalaba que los cuarenta y cinco minutos de sesión habían pasado, sonó. Indicándole que solo les restaba otros cinco minutos más para finiquitar cualquier punto.
-¿Tenía mi antiguo terapeuta algo de razón? -preguntó Christina secándose el rostro de nuevo.
-Aún nos quedan muchos puntos por discutir -explicó, mirando sus notas en donde estaban
todas las preguntas que aún no había hecho. Christina movió la cabeza en señal de abatimiento ante esa respuesta, estaba harta de no comprender que le sucedía -Todo parece señalar que lo sucedido con tu madre tiene alguna conexión con tus problemas sexuales. Sin embargo, quiero que en la próxima sesión hablemos más, para después finiquitar los lineamientos de lo que será tu terapia.
Pienso que esa experi