Ya no me atreví a decirle a mi marido nada más, sus ojos brillaban, pero me di cuenta de que estaban llenos de rabia y de furia. Me fui al vestidor, lo abri cogiendo unos pantalones y un blusón ancho mientras Mario no apartaba su mirada de mi cuerpo, me puse unos zapatos bajos, cogi mi bolso y mi móvil marchandonos los dos de nuestro dormitorio. bajamos hasta la entrada mirándonos Josefina y yo cuando nos cruzamos.
—- Señor Mario —- quiso hablar Josefina.
—- Ahora no Josefina, tenemos que marcharnos —- le dijo mi esposo callando así a la pobre mujer.
Nos fuimos los dos de la casa acercándonos al garage donde estaba el coche, subiendo los dos a el, Mario arrancó el motor poniendo el coche en marcha.
—- ¿A dónde vamos con tanta prisa? — pregunte.
—- Ya te lo he dicho antes, vamos al medico, no voy a consentir que hagas lo que estás planeando hacer con mi hijo —- me dijo dejandome aun mas confusa.
—- No se de que estas hablando Mario, porque no paras el coche y me dices que está pasando