No me siento bien. Me siento muy enferma. Desde que probé esa bebida, mi estómago no se ha sentido igual.
Ya llevo tres semanas así. Trabajo a la fuerza, porque no soporto cómo me siento, pero supongo que debo echarle ganas.
Voy de regreso a casa. Me detengo en una farmacia para comprar calmantes. Mientras entro, busco las pastillas que estoy tomando por el malestar, y de pronto veo algunas pruebas de embarazo.
Frunzo el ceño. Qué mierda...
Tengo el periodo descontrolado desde la pérdida de Diana. Es normal que no me haya preocupado por su ausencia, pero... una noche antes de venir aquí, él y yo estuvimos juntos...
Aunque usamos condón. No entiendo por qué estoy tan nerviosa, y el corazón me late tan fuerte.
Tomo tres pruebas y camino hacia la caja. Ni siquiera tomé las pastillas. Simplemente me dirigí a mi casa rápidamente en la bicicleta y corrí al baño, dejando todo en la entrada.
Hago todo el proceso y salgo del baño sin mirar la prueba número uno.
Mierda... estoy temblando demasi