Él...va a destrozarme.
Me arrastra a su habitación. Nunca había sentido tanto terror mirando su cara, siento que en cualquier momento va a acabar conmigo.
—D-dante...—susurro.
—¿Que sucede?—me responde y me lanza sobre la cama.
—Por favor...—escucho el clic de la puerta cerrarse.
—No vayas a pegarme...—alzo la manos asustada, al ver cómo camina imponente hacia mí.
—¿Pegarte...? Shh... ven aquí. —Sorbo por la nariz, temblando.
Esto no era bueno...me confíe demasiado y ahora estoy aterrada, pero me grita.
—¡QUE VENGAS AQUÍ, CARAJO!—mantiene una corta distancia de la cama.
Dejo mis pies sobre la alfombra y camino hasta él, quedando en frente, e inclino el rostro mirándolo.
Se inclina tomando mi mentón y me palmea la mejilla.
—Lo que te haré, será mejor que un golpe. A partir de ahora vas a obedecerme ¿verdad?—asiento en un rápido movimiento.
—Que buena chica. Así me gusta bien obediente, como una linda cachorra. Voy a lavarme las manos, espérame sentada—
Se va al baño. Escucho el agua co