Me preparo para partir en busca de Sol... bueno, de Luna Lara. Las maletas ya están listas. Antes de irme, mando a limpiar su casa... o mejor dicho, nuestra casa.
Nos vamos a casar tan pronto la tenga entre mis manos, me importa una mierda si quiere o no.
Solo espero que esté lista para recibirme, porque voy a hacer que sienta que la reclamé a la fuerza cuando la haga mía. Le voy a recordar quién soy, porque parece haberlo olvidado, y de muy buenas ganas quiero refrescarle la memoria.
Y, aun así, estoy que salto de felicidad. Esa mujer es el amor de mi vida, mi karma eterno.
La amo tanto que no sé qué hacer con tanto amor, y qué mejor que entregárselo todo.
Estoy completamente preparado para que tengamos otra hija. De hecho, creo que deberíamos tener al menos cuatro hijos. Quiero muchos bebés, una familia grande y caótica.
Después de dos años sin ella, entendí que ya no quiero silencio: quiero niños corriendo, riendo y peleando.
Quiero enojarme y reírme al mismo tiempo con ellos. Quie