Capítulo 183 - De regreso a casa.
El reloj del salón marcó las nueve cuando el coche negro se detuvo frente a la entrada principal. El aire tenía ese olor a hojas húmedas y leña que anuncia el final del otoño. La familia Thomas aguardaba en la puerta: Bastian de pie, apoyado en su bastón, Mykola junto a él con las manos detrás de la espalda. Zulema acomodaba el abrigo de Clara, asegurándose de que su hija y su nieta en el vientre no sintieran el frío.
—Tienes que abrigarte bien, hija —decía con ternura maternal—. No quiero que llegues resfriada a casa.
Mateo sonrió al verla tan pendiente. Desde que había llegado a Ucrania, Zulema se había convertido en un puente entre dos mundos: su calidez latina había ablandado incluso la dureza de Mykola, que al principio parecía de piedra. En esos días, el hombre había descubierto en ella una serenidad que le intrigaba, una dulzura que no recordaba haber visto desde hacía años.
—Mamá, no te preocupes —respondió Clara—. En el avión todo estará cálido.
Zulema la miró con esa mez