70. Etapa de rebeldía
La noche cayó de manera estrepitosa.
La fiesta a pesar de apogeo para mí parecía callada, como si incluso los músicos supieran que algo en mí no estaba bien tras la conversación que escuché. Hubo un silencio entre nosotros donde, tras unos minutos, nos despedimos y terminamos dirigiéndonos hacia su casa. El viaje fue tranquilo… exageradamente tranquilo. Brian me miró por el rabillo del ojo con calma, como si intentara descifrarme sin romper el silencio.
—¿Todo bien? —su voz sonó ligera, pero con ese matiz que usaba cuando intuía algo—. ¿Dónde está el DJ de mi auto que ponía Katy Perry a un volumen que podía considerarse un sismo?
Su comentario me sacó una leve risa. Apenas una curva en mis labios, pero suficiente para que él notara que, al menos por unos segundos, me había sacado de mis pensamientos. Lo miré de reojo y después volví la vista a la ventana.
—Estoy cansada —finalmente dije, dejando que la palabra cayera.
—¿Tú? —su ceja se arqueó—. No te lo creo.
—Pues créelo.
Estuve a p