65. Viñedo
Tras nuestra escena en su oficina, para sorpresa mía, terminé todo a tiempo. Estaba tan absorta en mantener mi mente ocupada que logré hacer hasta dos actividades al mismo tiempo. Para la una pensaba irme a comer, pero Brian no me permitió hacerlo en la oficina. Se acercó con una mirada que podía derretirme, destruirme, armarme y hacerme suspirar, todo al mismo tiempo.
—Prepárate, cariño, nos vamos —dijo con firmeza.
Levanté una ceja, comenzando a reír por dentro.
—¿Contigo? Tengo una cita muy ocupada con mi serie de N*****x llamada Friends, mientras como mi pasta italiana ordenada del restaurante de abajo —recogía mi cartera.
—Vaya, ¿sabes que ya cancelaste esa cita? Solo que no lo sabías… aún —tomó mi mano con firmeza, comenzando a salir conmigo.
Sus pasos eran firmes. Me condujo con seguridad hacia el elevador. Nuestras miradas fortuitas se mantuvieron. Hubo una leve risa. No necesitábamos hablar para sentir que teníamos una conexión de otro mundo.
—Brian, ¿a dónde iremos? ¿O acaso