11. Mi objetivo es cuidarte.
El suave toque de algo que aún no lograba asimilar. Fue un roce, la caricia que se le da a una rosa. Carnoso, delicado, cálido… y sumamente atrayente.
Así me encontraba yo: con mi jefe dándome un suave pico. Me alejé de inmediato, intentando ocultar el sonrojo(algo meramente imposible). Por otro lado, Brian parecía tan sorprendido como yo. A lo lejos, una carcajada bastó para entender que no estábamos solos. Mi mirada se posó en Richard y Leonard, este último levantando la mano mientras Richard le entregaba un billete.
—¿Qué es esto? —pregunté, señalando a los hermanos locos de mi jefe, que se reían sin ningún pudor.
Richard se encogió de hombros, mientras Leonard guardaba el dinero con aire triunfal.
—Aposté con Richard que podía pegarle en la cabeza a Brian con la pelota de básquet. Él no creía que lo lograría… y por casualidad ustedes estaban cerca —dijo con una falsa inocencia que daban ganas de golpear.
—Me sorprende el esfuerzo que ponen en entretenerse. ¿No tienen algo