Capítulo 40: Mucha tensión.
La zona VIP del club estaba bañada en luces doradas y un murmullo constante de conversaciones que se entrelazaban con la música grave que retumbaba en el pecho. Alexander estaba en una esquina, copa en mano, fingiendo escuchar a Héctor. Fingiendo, porque en cuanto la vio… todo se detuvo.
Elena había entrado. Vestido negro, sencillo pero impecable, que dejaba entrever más de lo que ocultaba. Caminaba erguida, con esa elegancia natural que lo había enloquecido desde el primer día. Y no estaba sola.
Sebastián Lothus la escoltaba, como si fuese suya. Esa imagen le revolvió el estómago. Alexander apretó los dientes. Ese maldito. Su mandíbula se tensó tanto que Héctor, a su lado, lo notó de inmediato.
— Respira, hermano… — murmuró Héctor, inclinándose hacia él —. Disimula al menos.
— ¿Y por qué tendría que disimular? — replicó Alexander, sin apartar la mirada de Sebastián.
— Porque parece que vas a acribillar a todos aquí.
— Ganas no me faltan.
— Además, tú… esa mujer volvió. Y parece que t