Elena estab furiosa y triste. Le recordó las eces que su ex esposo la dejaba plantada. O ella solo alucinaba con eso, porque en realidad, él nunca le había prometido nada. Y este sujeto… este maldito sujeto, se atrevía a dejarla después de varias copas de vino y una cena exquisita. No es como que se irían a casar.

— Igual, no debería pensar en eso. — Se dijo a sí misma y se cubrío con la manta.

La noche siguiente, sería otro día de guerra con fieras hambrientas. Elena no comprendía por qué las actividades como estas se realizaban entre semanas, cuando podrían hacerlo los fines de semana.

La sala estaba bañada en luces doradas, con música suave flotando como un hilo invisible que mantenía la tensión en equilibrio. El lanzamiento del nuevo producto de la compañía Vortex Global había atraído a empresarios, arquitectos y figuras de renombre. Un ambiente en el que cada sonrisa escondía intereses, y cada brindis era una alianza o una puñalada disfrazada.

Elena llegó sola. Sus pasos eran fir