Capítulo 23: Falsamente...
Camila, semidesnuda, estaba encima de Alexander.
Elena se paralizó. La escena se descomponía ante sus ojos como un cristal astillado. Alexander, visiblemente confundido, intentó levantarse. Empujó a Camila sin violencia, pero con urgencia.
— ¡Elena! Esto no es lo que parece.
Camila, fingiendo nerviosismo, se cubrió el pecho con la chaqueta de Alexander.
— ¡Lo siento! ¡No quería que lo vieras así! Deberías aprender a tocar la puerta.
Julián dio un paso al frente, intentando bloquear la escena para Elena.
— Vamos, Elena, no tienes que quedarte aquí.
Pero ya era tarde. Elena había visto suficiente.
Detrás de ellos, una figura conocida emergió de la penumbra del pasillo. Era su madre. Con una copa de champán en mano y una sonrisa venenosa, murmuró:
— Él no era para ti, Elena. Nunca lo fue.
Elena giró lentamente, como si cada palabra le enterrara una aguja en la piel. Tragó grueso y ocultó su dolor, para enfrentarla con una sonrisa, que descompuso brevemente el rostro de su madre.
— Esto…