—Helena, lamento haberte besado sin tu consentimiento. No era mi intención incomodarte —Se disculpó Nicolás—. No significó nada. Sólo quería demostrarle a Gabriel que estábamos juntos. Es todo. No le vayas a dar muchas vueltas, ¿vale?
Helena bajó la cabeza, porque para ella, ese beso significó un antes y un después dentro de su corazón. Fue la aclaración de sus propios sentimientos.
Estaba decepcionada de Nicolás, pero hizo lo posible para no demostrarlo. Forzó una sonrisa.
—No te preocupes. ¿Viste la cara que puso Gabriel después del beso? Por un segundo imaginé que se había arrepentido de haberme dejado —bromeó ella, tratando de ignorar el dolor en su pecho.
Nicolás se estaba volviendo muy importante para ella, más de lo que desearía. Sus acciones y palabras lograban cambiar su estado de ánimo en un segundo.
Eso era malo.
Porque él no sentía lo mismo.
—Arrepentido… —murmuró, con una sonrisa divertida—. Así es. Se vio bastante arrepentido, pero luego hizo lo posible para disim