A altas horas de la madrugada, la reunión de bienvenida se dio por terminada. Gaby y Noe se dirigen hacía el apartamento de la chica.
—¿Café? —pregunta Noe al entrar en su apartamento seguida por el morocho.
—Seguro.
Noe camina hasta la cocina y una vez allí, se dispone a preparar café para ambos. Gaby se acomoda en el sofá y todos los papeles que todavía seguían esparcidos por la mesita de noche, le llaman la atención. Siguiendo su curiosidad, comienza a leer esos papeles, dándose cuenta que eran los expedientes del caso en el que estaban trabajando. Pero lo que más llamó su atención, fue ver la información personal de la chica que habían rescatado de la persecución. El morocho sabe por demás lo profesional que es su mujer, por lo que no entendía por qué se había metido tanto con una joven que fue secuestrada, el morocho es consciente que no debe fraternizar con las víctimas y está seguro que ella también lo sabe. Entonces ¿por qué tenía tanta información sobre esa chica?
Noe, ajena