En la cocina se encontraban las chicas contándole a Noe como fue que Lina llegó a desmayar a Ian y hacerle creer que se había acostado con una mujer y afuera, en la parrilla, estaban los hombres hablando exactamente de lo mismo. Las risas se hacen presente por todo el lugar, viniendo de varias direcciones. Mientras tanto, cerca de la piscina, se encontraba Aye dibujando el paisaje que le regalaba el conjunto de árboles al final del terreno. Mateo, por su parte la observaba desde la galería, sentía mucha intriga por lo que esa niña estaba haciendo en ese block de hojas que reposaba en sus piernas, pero no podía acercarse y preguntarle, no era así como se llevaban e iba a ser muy sospechoso que lo hiciera, y de seguro ella no le respondería o lo haría con algún complicado insulto que sabía dedicarle. Su curiosidad fue más fuerte y decide acercarse a ella, simplemente iba a caminar por ahí de manera descuidada y le iba a preguntar, como quien no quiere la cosa, qué era lo que dibujaba. S