44. Euforia
Indra.
Mi corazón había comenzado a latir fuertemente. Jamás había sentido esa clase de atracción hacia alguien como lo hacía con Fausto.
Se supone que Fausto se quedaría en un crush imposible. Hasta ahí. Nada más que eso.
Ariana me había dicho que tenía que hacer algo para evitar involucrarme más con Fausto, porque esto claramente no estaba bien.
Por supuesto a mi hermana no le había contado toda la historia completa, más que los regalos y uno que otro beso.
Tenía que ser fuerte, decir que no. Pero mi cuerpo no se puso de acuerdo con mi mente, las piernas me temblaron en ese momento, quería salir detrás de Fausto y rogarle que me hiciera suya de nuevo.
¡Tú eres más fuerte que esto Indra!
La puerta se abrió sin previo aviso.
Las pupilas de Fausto destellaron lujuria cuando me miro con esos preciosos ojos verdes.
Solté la caja de cartón que tenía en mis manos haciendo un reguero de papeles en el suelo antes de lanzarme hacia él.
Fausto me cargo por las piernas besándome salvaje