— Simplemente no hemos podido hablar decentemente. —cuando Manuel llegó, Tobías besaba intensamente a Vanessa. Ella al verlo empujó a Tobías bruscamente dándole un pellizco.
— Auch! ¿Qué pasa? ¿Hice algo mal? Yo...
Tobías estaba por comenzar a jugar de nuevo, pero una vosecilla se escuchó tras él.
— Que rápido te adaptas.
Manuel que ya se veía un poco más alto era un pequeño soldado inexpresivo. Entró sin mirar más y se encerró en su habitación.
—¿Por qué no me dijiste?
Preguntó Tobías en voz baja, bastante sonrojado.
—Tú por que no tienes un poco de decoro. Sabias que en cualquier momento llegaría.
—¿Como puedo tener decoro con esta belleza frente a mí?—Tobías la abrazó nuevamente, comenzó a besarla y sus manos travesearon en su cuerpo. Vanessa, trataba de empujarlo juguetonamente. Y de pronto Tobías se detuvo.
—Hablaste con él ¿verdad?—Vanessa, siguió con la comida y bajó la mirada con una sonrisa. —Es más listo de lo que crees, me siento muy inútil como madre al no dejarlo ser