Damián, esperaba que Miranda, se asustara o que le gritara y reclamara por su abandono.
Pero no esperó lo que en realidad paso...
Dos meses antes...
Miranda como siempre, llegó a su oficina y arregló sus papeleos, emocionada entró a área de maquinaria y vio sus nuevos diseños.
Emocionada y satisfecha, esperó a que salieran los primeros, pero Antonio se acercó de la nada y la arrastró a la bodega.
—Oye...— él hizo una señal exagerada con las manos pidiéndole bajar la voz. —¡¡¡Ssshhh!!! Baja la voz, necesito hablar contigo de algo importante.
Ella miró alrededor, pero no podía entender el porqué de Antonio de exagerar. Cruzó los brazos y lo miró mientras esperaba a que se dignara a hablar. Antonio al asegurarse de que Raquel no iba con ella, suspiró.—Oye, sé que es algo muy repentino y fuera de lugar. Pero... No te gustaría conocer a tu padre?
Miranda abrió los ojos en shock, y miró a Antonio en silencio por mucho tiempo. Él al ver su reacción no supo que hacer y simplemente, espero.
Mi