Capítulo 93 – Tejiendo la Última Trampa
La puerta del apartamento se abrió de golpe.
Fabricio entró como una tormenta, con los ojos inyectados de furia y la camisa arrugada por el sudor frío que le bajaba desde el cuello.
Tiró las llaves contra la mesa y cruzó el living con pasos pesados.
Virginia, que preparaba la cena con una sonrisa ilusa, se giró sorprendida.
—¿Qué te pasa, mi amor? —preguntó, acercándose con preocupación.
Mi amor.
Fabricio sintió un asco seco en el estómago.
No me digas así, pensó.
Pero su boca sonrió, domada por la necesidad.
—Nada, hermosa… —murmuró, acariciándole el cabello como si fuera un cachorro—. Solo que estoy muy presionado. Están queriendo destruirme, Virginia. Me están tendiendo una trampa y... yo necesito tu ayuda.
Ella lo miró, inocente.
Dispuesta.
Perdida.
—¿Qué tengo que hacer?
Fabricio tomó su rostro entre las manos, mirándola con la misma intensidad que usaba para derribar los muros de las obras.
—Necesito algo muy sencillo. Conseguir las llaves