Capítulo: Primavera de Vida
El sol de primavera se colaba entre los jacarandás en flor, tiñendo de lila y oro las mesas cuidadosamente decoradas bajo la sombra generosa de los árboles del parque. Era uno de esos días en que la naturaleza parecía conspirar a favor de la felicidad. Un almuerzo familiar cuyo corazón silencioso latía en dos corazones que guardaban una noticia inmensa. Alejandra y Anahir habían orquestado todo con complicidad: miradas cómplices, sonrisas nerviosas y gestos de festejo anticipado.
Llegaron temprano al sitio elegido. Nicolás y Damián llevaban manteles blancos, bandejas de empanadas caseras y tartas frías, mientras Sofía y Ana —las abuelas— colocaban flores silvestres en jarrones de vidrio reciclado y ordenaban frutas cortadas en forma de estrellitas y corazones. Maite, con su pancita de siete meses, se movía despacio pero llena de alegría, ayudando a que la mesa quedara perfecta. Santiago, su esposo, acomodaba servilletas con esmero, mientras el agua traía fr