Capítulo: Un anillo, cinco estrellas y un solo sí
El reloj marcaba las 19:12 cuando Nicolás Martínez salió de la joyería con la bolsita en la mano, las manos transpiradas y el corazón latiendo como si acabara de correr una maratón. Al costado, Dante y Bruno —los inseparables hermanos Montes— lo miraban con media sonrisa.
—¿Y? ¿Estás listo para que tu esposa te diga que no, esta vez de verdad? —bromeó Bruno, empujándolo apenas con el hombro.
—No jodan —murmuró Nico, sin soltar la bolsita—. Lo digo en serio. ¿Y si justo ahora… con las hormonas…?
—Es una broma, cuñado —dijo Dante, conteniendo la risa—. Igual, si te dice que no, yo me quedo con el anillo —bromeó, guiñándole el ojo.
—Ni en chiste —respondió Nicolás, pero al fin se permitió una carcajada—. Está perfecto. Es simple, elegante, como a ella le gusta. Tiene un pequeño diamante en el centro, y mirá esto…
Abrió la cajita de terciopelo azul y les mostró el anillo: fino, delicado, pero con fuerza. Igual que Anahir.
—Wow —dij