El primer arresto fue a las 5:17 a. m.
En la frontera con Ecuador, el general retirado Héctor Ríos fue interceptado por Interpol tras una alerta roja activada por la Fiscalía. Tenía pasaporte falso, documentos diplomáticos adulterados y dos maletas llenas de dinero en efectivo.
Lo sacaron esposado, con los ojos cubiertos. Pero lo que no sabían… era que ya había empezado a hablar.
—“Si me caigo, no caigo solo.” —había dicho minutos antes al ser subido al helicóptero.
La red tembló.
A las 6:42 a. m., Karla fue localizada en Ciudad de México, en un apartamento blindado. Cuando los federales entraron, encontraron laptops destruidas, documentos incinerados, y a Karla bebiendo whisky desde una copa de cristal.
—Llegaron tarde, perros —fue lo único que dijo antes de ser esposada.
En su celular aún había rastros de las últimas llamadas: una a Isabel, otra a alguien guardado bajo el nombre de "Ministro 04".
La prensa estalló.
Las redes colapsaron.
“Megaoperativo internacional destapa red de co