Acorralada, así se sintió Sheily parada junto a Williams mientras Zack se acercaba dispuesto a todo.
—¿Aceptaste recibirme sabiendo que él estaría aquí? —murmuró, mirando a Johannes de reojo, segura de que había caído en su espantosa trampa.
—No sabía que vendría, tal vez vino a ver a Mateo.
Sheily resopló. En esa empresa no debía moverse una hoja sin que él lo supiera, así eran los amos, reyes del orden y el control. A ellos no los sorprendían.
Zack llegó junto a ellos, miró a Williams como si quisiera descuartizarlo y a Sheily como si fuera un extraterrestre.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó y ella consideró las posibilidades, pensando en la mentira que pareciera más creíble para seguir ganando tiempo y proteger sus secretos.
—Vino a decirme que no siga gastando mi dinero en comprarle flores —se apresuró a decir Johannes, con esa rapidez mental que resultaba muy atractiva y sin ningún titubeo, era un mentiroso de primera.
Zack miró a Sheily a la espera de que confirmara la informac