El comedor de los Delacroix resplandecía bajo la luz de los candelabros de cristal. La vajilla de porcelana fina, los cubiertos de plata pulida y las copas de cristal tallado reflejaban el estatus de la familia. Clara observaba todo esto con una mezcla de admiración y aprensión mientras se acomodaba el vestido prestado, uno de los más sencillos que le habían proporcionado, pero que aun así resultaba demasiado elegante para una institutriz.
Lady Mercy había insistido en que Clara asistiera a la cena. "Es una ocasión especial", había dicho con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. "Y todos deseamos conocer mejor a la mujer que cuida de nuestros pequeños tesoros."
Ahora, sentada en la mesa junto a la pequeña Sophia, Clara sentía las miradas furtivas de los invitados. Lady Mercy había reunido a varios miembros de la alta sociedad, incluyendo a un par de condes y sus esposas, un vizconde soltero que no dejaba de mirarla, y por supuesto, James Delacroix, quien ya mostraba signos de haber be