La noticia llegó a Luca en el momento menos esperado. Estaba sentado en la penumbra de su despacho, revisando los informes sobre los progresos de sus negocios legítimos cuando recibió la visita de Tao, un influyente y antiguo socio del bajo mundo. Tao era conocido por su capacidad de mover hilos tanto en las sombras como en la superficie. Su propuesta era tan tentadora como peligrosa.
—Luca, tienes que saber que el mundo criminal no perdona a los que intentan irse del juego. Pero hay una forma de hacerlo… una última transacción que te dejaría libre —dijo Tao, inclinándose hacia adelante, su voz baja y llena de intención.
Luca no respondió de inmediato. Sabía que Tao no ofrecía nada sin un precio oculto, y cualquier salida que involucrara a alguien como él vendr&ia