Mundo ficciónIniciar sesiónEl día amaneció claro en Milán, con un sol suave que parecía anunciar un día muy especial. Caroline se miró al espejo mientras Marisol terminaba de ajustar los últimos pliegues del vestido. No era el vestido ostentoso que alguna vez soñó su madre para ella; era sencillo, de tela ligera que resaltaba la serenidad que había encontrado en esos meses.
- “Estás preciosa, Caro”, dijo Marisol, colocando con cuidado un broche en su cabello. “Y no porque sea tu amiga, sino porque se nota en tu cara. Te ves feliz de verdad”. Caroline sonrió, los ojos le brillaban de emoción. - “Creo que es la primera vez en mi vida que me caso con ganas”, dijo Caroline con un gesto gracioso, como si el dolor del pasado se fuera diluyendo y lo viera con otros ojos. Marisol rió y la abrazó fuerte. - “Pues que sea la última también”, expresó Marisol con una sonrisa sincera.






