El trayecto hasta La Espiral transcurrió en un silencio cargado de tensión, denso como el aire antes de una tormenta. Ivan, con su semblante imperturbable, se mantenía concentrado en la carretera mientras Emilia, a su lado, intentaba procesar lo que acababa de suceder. El bolígrafo en manos de Ivan simbolizaba algo más que una simple herramienta; era una evidencia que la había colocado bajo un escrutinio implacable.
Aunque ella nunca negó que estuviese investigando, la existencia de esa herramienta ponía todo en perspectiva. Tener evidencia concreta de conversaciones que tal vez no debieron ser grabadas en primer lugar, la ponía en desventaja con respecto a sus verdaderas motivaciones.
Pero en ese momento, lo que más le preocupaba era la información que obtuvo de escuchar a Dimitri conspirando con Viktor. Algo que debió saber de la boca de Alexander, se convirtió en una brecha más entre ambos.
—¿Por qué no me dijeron que iban a hacer una fiesta para tenderle una trampa a Dimitri? —pre