Morrtti Company exudaba poder. No importaba si se estaba en los imponentes pasillos, en la sala de juntas o en la lujosa oficina de su dueño, la influencia de Dante Moretti se sentía en cada rincón.
Alicia lo había notado desde el momento en que entró a aquel mundo. Todo giraba en torno a él. La gente lo miraba con reverencia, con temor o con un respeto inquebrantable. Y ahora, mientras recorría las instalaciones, sintió nuevamente ese peso sobre sus hombros.
Vestida con un conjunto sobrio pero elegante, caminaba junto a un asistente que le explicaba el funcionamiento de cada departamento. Intentaba prestar atención, pero su mente divagaba entre su propia situación y la tensión que aún sentía por la discusión con Dante.
No había forma de escapar de él.
Y lo peor es que ni siquiera estando en su empresa podía evitar sentirse vigilada.
Mientras tanto, en la oficina principal, Dante Moretti recibió a uno de sus socios más importantes: Massimo Ricci.
—Dante —saludó el hombre, con una sonr