Estamos por cumplir cinco meses de matrimonio y hoy quería hacer algo distinto con mi ninfa. Desde hace unos días que la noto un tanto extraña, duerme poco, anda irascible y varias veces la he escuchado llorando.
He tratado de saber que es lo que la tiene así pero Rosy no me dice nada. Es por eso que la voy a invitar a almorzar al restaurante de Marcus, un buen amigo que tenemos con los chicos.
—mi ninfa.
—¿Si amor?
—¿Qué te parece si hoy después de clases salimos a hacer un picnic como los que hacíamos antes?
—No creo que sea una buena idea, Aaron, no estoy de muy buen ánimo el día de hoy— me dice, mientras sale del baño, ya llevaba media hora ahí y me estaba impacientando.
—Amor, si te sientes mal sería mejor que fuéramos a ver al doctor Kon, él te puede atender de inmediato.
—¡No estoy enferma!— me grita— . Lo siento amor, es que aún no puedo creer que mi mamá me haya tratado así y ni siquiera quiera vernos desde que le dijimos de nuestro matrimonio.
Y de la nada, nuevamente se pon