No eres tú, soy yo

—¡Dame más! — gemía, mientras Lucile la penetraba con sus dedos y se comía su lindo coño con la lengua.

Esto del sexo también había sido un nuevo experimento para Shannon, pero que no se lo había comentado a su psicóloga. Más bien, las cosas se dieron con Lucile y fue que ahí supo que su amiga era bisexual. Shannon le había gustado desde el principio, pero ella, en su afán de ser una buena amiga, se había resignado a mantenerlo así, hasta esa noche en el apartamento de Luci, pero con el tiempo las cosas habían ido cambiando y cada noche que ella se quedaba con su amiga, había empezado a experimentar varias formas de sentir placer.

Esta vez, estaban probando el sexo oral. Lucile, seguía con su lengua y sus manos expertas en la entrepierna de Shannon, mientras la castaña disfrutaba por fin del placer que era conseguir un orgasmo.

—Ah… Lucile—gimió llegando al éxtasis explotando en un fuerte orgasmo que la deja temblorosa, mientras la pelirroja no para el incesante Vaivén de su lengua absorbiendo todos los jugos que salían de la vagina de Shannon.

Para cuando Luci se sació del cuerpo de Shannon, ambas caen en la cama y se abrazan para descansar de su maravillosa maratón de sexo, pero algo pasaba ese día y de la nada Lucile comenzó a hablar.

—Preciosa, este tiempo juntas ha sido fenomenal y me gustaría que pudiéramos estar en una relación más seria. Tú sabes que la pasamos bien juntas y ¿por qué no? Hasta hacemos bonita pareja.

—Mi Luci, sé que ambas lo pasamos genial, pero así como estamos. No quiero ser molesta contigo. La verdad es que no me siento preparada para una relación. Quiero que entiendas que no eres tú la del problema, soy yo.

—Piensalo, no es para que me respondas ahora, pero siento que lo de nosotras va más allá de un revolcón.

—No lo sé, prefiero así como estamos, pero si de verdad te incomoda, sería mejor dejarlo hasta ahí, ya te dije que para mí vale más la amistad que tenemos que tener otro tipo de relación.

Lucile, un tanto decepcionada accede a la petición de Shannon y definitivamente con el paso de los días logra darse cuenta que lo de ellas es una mera atracción física y tal cual como se lo dijo Shannon, era más perfecto y maravilloso mantener su amistad que mantenerla en su cama.

Tiempo después, ambas siguieron su propio camino, pero sin dejar de ser las mejores amigas del mundo y ambas agradecían no haber continuado con la idea de una relación.

La semana pasada, Lucile le había presentado a su nueva pareja, una asiática de ojos negros, demasiado exuberante y por lo menos diez años mayor que ellas, con eso pudo por fin quedarse tranquila pues su amiga la había superado y volvía a ser la misma de siempre con ella…

Todo volvía a encajar y Shannon se sentía más segura de sí misma, ya empezaba a interactuar con más hombres sin sentir asco y había tenido algunas citas con otras chicas, todo normal y tranquilo, sin apresurarse.

Unos meses después, en la celebración de San Patricio, Shannon y sus amigos se reúnen en el bar de Dominik a celebrar.

Por azares de la vida nota como su amigo Dom sigue babeando por su amiga, que estaba pateando la perra pues la asiática con la que salía le había terminado.

—Pobre Luci, nunca le atina en el amor — le habla a Oliver y este la mira curioso.

—Es que Luci es Luci, mi Shanny. La verdad es que creo que le hace falta un pene a ver si con eso se le quita el mal de amores.

—¡Oli!

—¡¿Qué?!

—Podrías ser menos explícito con tu boquita.

—No he dicho nada que no sea cierto. Además, creo que tengo al candidato perfecto, mira a tu sexi jefecito papucho.

—Pobre Dom, me siento mal por él, pues sabiendo que mi amigo ha tratado de conquistarla yo me metí con ella.

—Pero lo de ustedes terminó en buen plan ¿no?

—Lo sé, pero nunca se lo diría a él ¿Se entiende?

—¿Y si tratamos de juntarlos? Podrías hablar con Dom y decirle la verdad y si aun así a él le sigue gustando nuestra amiga, pues ¿quién dice y nos transformamos en sus cupidos?

—¿Tú crees?

—No perdemos nada.

—No lo sé.

—Aguafiestas.

—¡Ya para!

—¿Qué se traen ustedes dos?—les pregunta Dom, entregándoles una cerveza.

—Nada—le responden ambos amigos.

—¿Por qué será que no les creo?

—¿Por qué somos malos mentirosos? —le responde Oliver, empinándose su botella.

—Eso debe ser, Oliver. Ahora, suelten prenda.

Shannon respira hondo y se decide por hablarle a su amigo de su pseudo relación con Lucile y que por lo que sabe su amiga es bisexual, a lo que Dom, sin miedo al éxito le cuenta que ya se había dado cuenta, pero que el no era quisquilloso y los deja con su conversación para ir a ver a la pelirroja que sigue refunfuñando contra el mundo con una botella vacía.

—Te lo dije, ¿cómo no amar a ese sexi papucho de tu jefe?

—Idiota.

La noche sigue y la bebida envalentona a los amigos, en un momento se acaba la cerveza y a Shannon se le ocurre una genial idea.

—¡Dom! Necesitamos una recarga de Budweiser y otra de Corona ¿Puedes ir a buscarla a la bodega?

—¿Y cómo quieres que lo haga? Tengo solo dos manos y ya se fueron los chicos.

—Pero esto todavía está que arde—mira a su amiga y se decide—Luci, ¿Puedes ayudar a este vejestorio a traer los barriles?

—Si claro, vamos Dom, no podemos quedarnos sin combustible.

Ambos se van conversando hacia la bodega y Shannon se levanta para seguirlos.

—¿Qué se te ocurrió?—la detiene Oliver.

—Cállate y sígueme.

Cuando Luci y Dominik entran a la pequeña bodega, Shannon de la nada cierra la puerta con llave y los deja encerrados.

—¿Qué acaba de pasar aquí?—pregunta Luci y Dom se ríe como niño chiquito.

—Creo que esa fue tu amiga que nos la hizo.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?

Detrás de la puerta Oli y Shannon se apegan a la puerta para seguir escuchando, mientras Dom se acerca a Luci.

—La verdad, Luci es que hace tiempo te quería decir algo y creo que nuestra amiga me está allanando el camino.

Luci lo mira extrañada y se sienta en uno de los taburetes que hay en ese pequeño lugar y Dom se para frente a ella.

—Lo que te quiero decir es que desde que te vi me llamaste muchísimo la atención y me di cuenta de que me gustas mucho, pero no me había atrevido a decirte nada porque eres la amiga de Shannon y…

—Pero tú sabes que no te puedo ofrecer una relación seria pues a mí también me gustan las mujeres. Bueno, en realidad hombres y mujeres por igual, por eso no puedo negar que tú no me eres indiferente. El tema es que ¡ay, no lo sé! Desde hace mucho tiempo que no tengo nada con un hombre.

—¿Y qué tal si tenemos una relación abierta?—le ofrece Dom un tanto esperanzado, para él era difícil aceptar un no como respuesta, pero más viniendo de esa chica que le ponía el mundo patas arriba.

—Me estás proponiendo que seamos algo así que si somos pareja pero que no seremos “exclusivos”—Lucile se cruza de brazos y lo mira desafiante , quiere saber a qué está dispuesto Dom—. Vamos Dom, que yo sé que te encantan las mujeres y no pierde la oportunidad de coquetearle a una bella mujer al igual que yo si se te da la oportunidad.

—Pero podemos probar, si no funciona seguimos siendo amigos y listo—ya había mostrado sus cartas y esperaba que ella por fin se decidiera.

—¿Seguro?

—Segurísimo.

Los otros dos que escuchan tras la puerta se quedan esperando por más, pues se produce un incómodo silencio ahí dentro. De repente, los gemidos y movimientos que se escuchan al otro lado de la puerta les indican que es mejor sacar el seguro, para cuando terminen esos dos y salir huyendo antes que los pillen.

—Misión cumplida, mi cupida.

—Misión cumplida, mi cupido.

Ambos corren por el pasillo y se ríen de lo que acaban de hacer. En el corazón de Shannon había una nueva alegría, algo desconocido para ella pues por primera vez se sintió feliz, no solo por sus amigos, sino que también por ella.

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